Es común que veamos a las personas invidentes pasearse con sus perros de compañía por parques, centros comerciales y buses del servicio público. Algunos tienen acceso a éstos dulces e inteligentes animalitos que prestan tan importante misión, pero otras personas caminan abriéndose paso con el bastón o vara para invidentes tratando de identificar obstáculos. Las ciudades cada vez han ido amoldando más sus estructuras para que los ciegos tengan menos inconvenientes en su circulación por calles, pasadizos, edificios, etc. Aunque la sociedad con el tiempo los respeta y ayuda más, nunca será lo mismo para ellos que si pudieran apreciar la perfección de la naturaleza y belleza del mundo en todos colores y formas. Hay algunos invidentes que han nacido con su sentido de la visión intacto pero que por diversas razones han ido perdiendo visión, o hay quienes no saben lo que han dejado de ver simplemente porque nacieron ciegos.
Pues bien, recientemente la compañía israelí Nano-Retina ha hecho estudios en animales con un chip muy pequeño, que trata de imitar las funciones normales de la retina, capturando las señales visuales y convirtiéndolas en señales eléctricas, para estimular las neuronas y de ésta manera generar las imágenes en el cerebro que serán interpretadas y definidas.
La intervención que se haría es muy sencilla y tiene una duración aproximada de 30 minutos, en la que el pequeño chip se implanta en la parte posterior del ojo. Hay varios tipos de chips que se clasifican por su resolución, que va desde los 260 a 600 pixeles, apropiados para obtener un nivel de visión claro aunque fuera en blanco y negro.
Con éste dispositivo, los invidentes tendrían mayores oportunidades de acceder a todos los lugares y beneficios en general que una persona que posee su visión completa, logrando desenvolverse normalmente e independientemente sin la ayuda de un perro o de un acompañante permanente. Luego de la intervención, los pacientes podrían apreciar la luz y el mundo en un tiempo aproximado de una semana, y como es un chip que no tendría remplazo, el paciente debe recargarlo usando unas gafas de sol especiales que lo recargan por medio de un rayo láser en las noches.
Aunque hasta el momento se ha probado solo en animales, y aún no funciona en pacientes que han nacido ciegos, solo en pacientes con retinosis pigmentaria y degeneración macular asociada a la edad, los investigadores creen que en el transcurso de dos años ya podrá usarse en humanos.