Entendemos por procrastinar, ese común acto de postergar los pequeños y grandes planes que nos planteamos nosotros mismos, o que son de alguna manera responsabilidad en nuestra vida. Y decimos común, porque se ha vuelto un hábito de muchos que así como se lavan los dientes varias veces al día o suelen ir a comer al mismo lugar, dicen frases como “el lunes empiezo”, “mañana lo hago” o “después, ahora no”. Y haciendo buen caso a ese famoso dicho que reza “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, es que nos atrevemos a decirte que es posible dejar de procrastinar.
Es posible que tu respuesta, sea que tienes muchos compromisos, exceso de trabajo y poco tiempo para realizarlo todo satisfactoriamente. Por un lado puede que sea cierto que si tienes muchos compromisos, pero por otro, el tiempo lo tienes, es solo cuestión de organización y saber establecer prioridades.
Empieza por relajarte y tomarte unos minutos para realizar una rápida pero efectiva metodología. No pienses que todo un mes con sus 30 días está saturado de actividades, compromisos y responsabilidades. Toma un día a la vez y verás que todo es posible, cosa que el mes entero también puede ser posible de conquistar. Date cuenta que muchas de las tareas que procrastinas, son en realidad sencillas y que sería más fácil si sales de ellas rápido a que las postergues varias veces a la semana. Existen pequeñas tareas, como enviar un e-mail, hacer una llamada rápida, en tu misma casa por ejemplo poner la ropa en la lavadora, guardar unos platos, o simplemente ir al baño.
Repetir actos varias veces al día todos los días, es lo que hace que se conviertan en hábitos, por lo que postergar acciones simples también lo volvemos fácilmente hábito. Si en la mañana haces un rápido recuento de tus deberes de ese mismo día, puedes asignar un momento en el que puedas realizarlos. No sumes pereza a estas tareas que fácilmente te toman 2 o 3 minutos. El volverte proactivo puede ser el nuevo hábito que adoptes, y de esta manera es más fácil que el tiempo empiece a sobrarte para que lo aproveches como quieras.
Ahora bien, si las tareas que necesitas hacer toman más tiempo que estos pocos minutos, dales su momento. Las más rápidas o que toman menos tiempo hazlas pronto y reserva un momento del día para hacer las que son más largas, y cumple con este pequeño compromiso.
Esas nuevas actividades que tenemos ganas de empezar, no como obligaciones, si no más como empezar una dieta o un hobby, también caben dentro de lo que podemos postergar. Si quieres practicar un deporte, caminar o correr, dedica un día de la semana a ir al trabajo o volver a casa con tus tenis. Simplemente sal al supermercado y hazlo corriendo o trotando y vuelve. Así crearás más disposición y querrás hacerlo al día siguiente de nuevo, forzándote a abrir el tiempo para hacerlo.
Crear buenos hábitos depende de la constancia y al decisión, de cada vez darle inicio a eso que quieres lograr. Cumplir con el compromiso de hacerlo una vez y otra vez hasta que se vaya fijando en tus rutinas. Lo importante no es tanto que logres el objetivo al 100% y terminado (ojalá), sino que durante el proceso adquieres real aprendizaje de emprendimiento de proyectos, desde lo más pequeño hasta las metas más grandes, y el camino será cada vez más fácil para ti.