Chile es un representante extraordinario de las grandes evoluciones que se ven ahora en todos los países hispanohablantes de américa latina. Su economía creciente y su cultura rica con una fuerte orientación vinícola representan un país emprendedor. Parte de todo lo que este país es ahora ha llegado después de sus años de historia, una historia a veces difícil, y a veces inesperada, como se puede ver en la Isla de pascua.
La Isla de pascua, a la que también se conoce como Rapa Nui, es una isla pequeña situada en el sureste del Océano Pacífico, la cual se considera territorio especial de Chile. La Isla de Pascua es la más famosa por sus grandes estatuas Moai, que fueron talladas por los indígenas entre 1250 y 1500. La isla también se considera como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y gran parte de las tierras de la isla pertenecen al Parque Nacional Rapa Nui.
Actualmente se reconoce que los habitantes iniciales de la isla de Pascua eran de origen polinesio (extractos de ADN de esqueletos han confirmado), que probablemente vinieron de las islas Marquesas o Polinesia, y que llegaron tan temprano como 318 dC.
Debido al tamaño reducido de la isla de Pascua, de sólo 164 kilómetros cuadrados, alcanzó muy pronto niveles de sobrepoblación y sus recursos se agotaron rápidamente. Cuando los europeos llegaron en la isla de Pascua entre finales de 1700 y comienzos de 1800, encontraron que los Moais estaban derribados y la isla parecía haber sufrido una guerra reciente.
Las luchas constantes entre tribus, la falta de suministros y recursos, las enfermedades, las especies invasoras y la apertura de la isla al comercio exterior de esclavos, condujeron finalmente al colapso de la isla de Pascua en la década de 1860.
Independientemente de su historia, tan difícil como la del resto de Latinoamérica, lo interesante de esta isla es que el misterio de los casi 900 Moais sigue allí, sobrevive el lado mágico de la isla después de tanto tiempo, e incluso después de años de estudios arqueológicos. Es cierto que existen algunos registros de leyendas orales, pero el misterio persiste en cuanto al uso y propósito de estas estatuas talladas de piedra volcánica. También existen teorías sobre su elaboración y transporte, pero la opinión general es de desconocimiento, pues no hay evidencias que soporten las teorías.
Luego de 12 años de excavación, se ha descubierto que los Moai, que se creían esculturas de cabezas, tienen cuerpos enterrados, además de diferentes inscripciones que se espera puedan dar algo de luz a este misterio.