Lejos de inclinar la balanza hacia esta o aquella religión, darle más o menos crédito a lo que no vemos y creemos con fe ciega, o a lo que podemos comprobar científicamente, existe algo más que sólo nuestro cuerpo físico. Podemos verlo si se quiere, como un pequeño robot que tiene un puesto de comando en nuestra cabeza, y que mirando a través e nuestros ojos se da cuenta de lo que pasa a nuestro al rededor. Pero lo cierto es que existe una mente y una parte espiritual, también tenemos emociones, y todo esto es terriblemente difícil de manejar, pues todas las partes actúan a diario y ante el más mínimo estímulo, logrando confundirnos, enredarnos y es allí cuando cometemos errores.
Aprender a controlar nuestras emociones, pensamientos y acciones es una tarea que nos toma toda la vida, aunque algunos logren perfeccionar la técnica un poco antes, somos humanos y nos equivocamos constantemente. Cada cosa que pasa a nuestro alrededor, cada persona que nos habla, cada situación que vivimos, nos afecta ya sea positiva o negativamente pero sobre todo las emociones tienen una relación directa con los chakras y como manejamos esa relación así como reaccionamos ante la misma. Los chakras son puntos energéticos distribuidos en ciertos lugares de nuestro cuerpo que se ocupan cada uno de una parte específica de nuestra vida, permitiendo que fluya energía a los órganos. Cuando un chakra está bloqueado experimentamos afecciones en el plano físico o material y es necesario encontrar un balance o equilibrio para sanar lo que está causando el daño.
El chakra raíz, se ubica en la base de la espina dorsal. Su color es el rojo y su elemento la tierra. Representa la vida y la muerte, lo que nos une con la tierra, la supervivencia y los instintos. El chakra sacro se ubica debajo del ombligo, su color es el naranja y su elemento el agua. Representa la energía sexual, el deseo y la pasión.
El chakra plexo solar, se encuentra justo encima del ombligo, su color es el amarillo y su elemento el fuego. Representa la voluntad, el poder y la libertad propia. El chakra corazón, se encuentra en el centro de nuestro pecho, su color es verde y el elemento el aire. Representa el amor, la compasión y el perdón.
El chakra garganta, está ubicado en el centro del cuello. Su color es el azul y su elemento el éter. Representa la comunicación, la libre expresión y la creatividad. El chakra del tercer ojo, está ubicado entre las dos cejas. Su color es el índigo y su elemento es la luz. Representa la intuición, la telepatía y la percepción psíquica. El chakra corona, se encuentra en la parte superior de nuestra cabeza, la coronilla. Su color es el violeta y su elemento el espacio.
Terapias como el Reiki ayudan a encontrar el equilibrio de todos los chakras para hallar el que está fallando, trabajar en sus causas y lograr tener una vida más armoniosa.