Probablemente conoces a alguien que camina dormido, o has escuchado una que otra historia acerca de personas que hacen cosas locas, extrañas o inexplicables a mitad de la noche. Lo cierto es que el sonambulismo es uno de muchos trastornos del sueño que como todos, no es para nada fácil de manejar. Esta condición sucede en un punto muy profundo del sueño, pero aún así la persona tiene un nivel de consciencia muy leve, que de todas maneras le permite realizar ciertas acciones que jamás recuerda cuando despierta.
La más común y de la cual hemos escuchado más casos es caminar, ya sea dentro de la casa o alrededor del barrio, pero existen otras extravagantes, curiosas y hasta peligrosas. Entre ellas conocemos a quienes cocinan, se bañan, mantienen relaciones sexuales, lavan ropa, mandan correos electrónicos o incluso puede atacar a otras personas.
Aquellos que están alrededor de sonámbulos, suelen hasta mantener conversaciones con ellos, peor la verdad es que los mismos psicoanalistas aseguran que son personas que parecen despiertas, se mueven realizando tareas que ante los ojos de los despiertos son normales, pero la verdad la persona sonámbula reacciona a eventos que ocurren en su sueño y no a su entorno consciente, real. Es por ello que muchas veces resulta incoherente ver una acción detrás de otra que para nosotros no tiene sentido.
En ocasiones, traumas personales, estrés acumulado o trastornos sexuales pueden desencadenar sueños específicos relacionados con eso, que hacen que la persona sonámbula actúe de acuerdo a lo que sueña. Por ello se han presentado casos en los que la persona puede buscar tener sexo con alguien, masturbarse, tener conversaciones eróticas o incluso ser violento no sólo con alguien más sino consigo mismo. Este tipo de complicaciones en el trastorno del sueño deben tratarse con especialistas, realizando estudios y un tratamiento específico que ayude a liberar al paciente de aquello que lo aqueja, y recobre un sueño tranquilo y reparador.
Según estudios de la Universidad de Washington, se encontró que algunas alteraciones en el código genético generaba sonambulismo en las personas. Por tanto las posibilidades de que el trastorno sea de origen genético son altas. Igualmente es un trastorno que se ha venido modificando, pues el estilo de vida y las experiencias de cada persona cambian, y de alguna manera se adaptan a lo que se está viviendo. De ahí que el internet, las redes sociales, los videojuegos sean ejemplos de como las vivencias de una persona de la modernidad sean diferentes a las de una persona sonámbula de hace 60 años, pero que influyen en los sueños, las enfermedades y padecimientos de cada individuo.