El arte siempre da vueltas y se dobla sobre sí mismo, creando movimientos que reflejen el entorno a través de los ojos de quienes viven ese momento de la historia, hoy queremos mirar un movimiento que sigue más que presente en la expresión artística del día de hoy, y que no solo exalta el talento y la dedicación del artista, sino su fidelidad al concepto, y su honestidad a la realidad que vive, de lo más simple a lo más curtido de filtros mentales y sociales.
Se trata del hiperrealismo, un movimiento artístico que surgió en Norteamérica, a finales de la década de 1960, en el que los artistas intentaban emular la realidad tan fielmente como si se trata de una fotografía, de hecho se considera un movimiento que evolucionó desde la fotografía, principalmente hacia la pintura y la escultura. Este estilo buscaba crear imágenes tan cercanas a la realidad y con un detalle y una técnica tan perfectamente pulidas que no se pudiera distinguir la pincelada, o cualquier otro signo que la pieza no fuera una verdadera fotografía, o una imagen real, incluso.
Es fácil entender el surgimiento de un movimiento como este en una década en la que todos buscaban un cambio en las estructuras establecidas de la sociedad y cuestionaban las metodologías, al tiempo que se buscaba una forma de interacción más honesta entre las personas y los grupos, así que, por qué no en el arte?
Este movimiento fue el primero en la historia en el que se buscó un enfoque frente al nivel de fidelidad y precisión con respecto a la realidad tan radical y este estilo sobrevive hasta hoy en muchas y muy diferentes formas. Lo curioso del movimiento, sin embargo, es que la búsqueda de la fidelidad a la realidad a niveles tal altos, no solo tiene la intención de confundir los límites dentro de lo que es real, sino que en muchas ocasiones se vale de trucos de perspectiva y otros métodos similares para engañar el ojo humano frente a lo que es real y lo que no; lo cual representa una ironía para un movimiento que busca ser tan honesto como sea posible y emular la realidad.
Por supuesto es algo completamente diferente hacer una interpretación romántica de la realidad en la que todo es bello, o en la que todo es oscuro, a una en la que todo simplemente es y tal vez el hiperrealismo sea un método para buscar ese elusivo ejercicio artístico exento de los filtros mentales del artista, pero no es también el punto del arte ver el mundo a través de los ojos de alguien más?
Lo cierto es que es un poco ingenuo suponer que el hiperrealismo, con sus detalladas imágenes de eventos cotidianos y pequeños momentos en el tiempo, esté exento de los pensamientos del artista solo porque la reproducción de la realidad que muestra se ve igual para cada observador, pues el punto es la realidad que está mostrando y el porqué de que sea una reproducción de la misma.