El Autosabotaje es una de esas características que todos padecemos en diferentes grados. Como los celos, aunque los neguemos, sentimos un poco o bastante en algunas circunstancias con nuestra pareja, algún amigo o familiar. Tal ves la primera respuesta que des, sea decir que tu jamás te haces autosabotaje, pero conozcamos un poco más acerca de esta noción para reconocer cuando lo hacemos y como podemos deshacernos de sus consecuencias.
Muchas veces tenemos muy claro las metas que queremos cumplir, hemos depurado las distintas posibilidades de alcanzar esos sueños e incluso algo más pequeño, los propósitos de fin de año que parecen jamás volverse una realidad. Puede que no lo sepamos, pero es posible que si no logramos las pequeñas o grandes metas que tengamos, se deba a que nosotros mismos ponemos bloqueos en nuestro camino para lograrlo.
Que podemos identificar como bloqueo? Sencillo, todo aquello que aún reconociendo que está mal en nosotros, algún defecto o actitud incorrecta y negativa, permanece así, afectando y sin que la modifiquemos para bien. Es decir, sabemos que lo hacemos mal y no lo cambiamos.
Entendámoslo con ejemplos: Cuando decimos “tengo una memoria pésima” damos por hecho que nos es difícil recordar ciertas cosas, pero ratificamos la antipatía que nos genera al pensar que no hay nada que hacer, somos así y punto. Porque no hacer ejercicios de estimulación de la memoria? ahora incluso hay juegos para hacer el proceso divertido, memorizar números de teléfono, nombres, o historias de películas que acabamos de ver para cambiar una memoria pésima son otras alternativas. Asegurar que “yo siempre estoy con gripa” es entregarse a la enfermedad y declarar que somos débiles ante el virus, cuando lo que podemos hacer es mucho! Pensemos que falla, que estamos dejando de comer, cambiemos la dieta y fortalezcamos nuestras defensas para estar más sanos.
“Hoy no es mi día” o “me levanté con el pie izquierdo” son frases súper comunes de escuchar. Y aunque a veces si nos pasa que uno, dos o más asuntos nos salen al revés en el mismo día, siempre podemos darle la vuelta. Si son las 2:00 de la tarde nos pre disponemos a que el resto de día será un infierno. Hagamos algo para sentirnos mejor, escuchar nuestra música, llamar a un amigo y conversar un rato para distraernos, un plan para ir a cine a último minuto o un café entre amigos puede cambiar la percepción del día entero.
Cosas más graves como “no sirvo para madrugar” y arriesgarse a perder citas y momentos importantes, o “no me dejan entrar porque soy fumador”, o “no puedo dejar el licor” ” a veces no me entiendo” son aseveraciones fuertes, pesadas que con el tiempo nos vamos creyendo y convenciendo de su verdad y realidad. Nosotros los ponemos en frente para sacar excusas y justificar el porqué no hacemos estás u otras cosas, y permanecemos así por años, sin pensar que generamos obstáculos en nuestra propia vida y que nos frenan al momento de cumplir con nuestras metas.
Es verdad que debemos reconocer nuestros defectos y que cambiarlos es muy difícil, pero no tiene que ser en un solo día y de repente. Empieza con pequeños pasos, identificando que es lo que piensas que te falta o haces mal, y que puedes empezar a hacer para modificar sus consecuencias en tu vida y la de los demás.