El ser vegetariano es una elección personal que va acogiendo más adeptos cada día. Generalmente conocemos personas que han consumido carne una parte de su vida y por diversas razones, han tomado la decisión de volverse vegetarianos. Decisión que viene de una determinación adulta y con total convicción de no consumir carnes o productos que provengan de algún animal. Pero que pasa si una pareja vegetariana tiene un hijo y desean ambos acostumbrarlo a sus mismas conductas alimenticias?
Ni hay que caer en prejuicios nocivos, tan comunes entre quienes no son vegetarianos, atacando a quienes no consumen carne, alegando que no les gusta comer, o que se alimentan mal, o que tienen problemas sicológicos y físicos. Antes de juzgar hay que saber que una persona vegetariana obtiene todo lo que necesita en lo que la naturaleza ofrece. Los vegetarianos no son de un sólo tipo. Existen los más estrictos, quienes no consumen carne de ningún animal, ni productos industrializados que contengan conservantes o saborizantes, se alimentan de granos, frutas, vegetales, y productos orgánicos. Siguen los Ovolacto-vegetarianos, que incluyen los huevos, la leche y sus derivados además de los productos ya mencionados. Los semi-vegetarianos consumen solo carnes blancas, como pollo y pescado, y las mismas frutas y vegetales, aunque los más estrictos no los consideran vegetarianos como tal. Y los frugívoros, quienes se alimentan de frutas, granos y nueces.
Quienes piensan de forma más radical, afirman que una alimentación vegetariana para un niño le traerá problemas de crecimiento y desarrollo en general, pues aseguran que el cuerpo humano necesita de la proteína que sólo se encuentra en la carne. La verdad es que los mismos nutricionistas y ejemplos de vida de padres que han criado a sus hijos con una dieta vegetariana, prueban que los niños son capaces de tener desarrollos normales, completos y muy sanos comparados con aquellos pequeños que consumen carnes rojas todo el tiempo. Si desde pequeños se acostumbran a comer sopas de verduras, jugos naturales sin endulzar, no tendrán la necesidad más adelante de pedir golosinas, comida chatarra ni bebidas gaseosas que tanto mal hacen. El punto es siempre saber que tipo de niños y que clase de personas son, pues las carencias de un niño con sobre peso no son las misas que las de un adolescente delgado, o alguien que padece una enfermedad necesita más de ciertas vitaminas que otras y comer más de tales alimentos que las contengan. Siempre sin ser tan estrictos con la dieta de los niños como lo seríamos con la de un adulto, los niños pueden tener un crecimiento saludable y completo si no consumen carne, todo está en encontrar un equilibrio y no caer en los excesos.