Todos hemos pasado probablemente por más de una entrevista laboral, y por experiencia sabemos que no es un momento fácil, todo lo contrario, si no sabemos controlar nuestra conducta eso puede reflejarse en un posible rechazo y pérdida del trabajo al cual aspiramos.
La impresión que damos al entrar, la manera como nos sentamos y hablamos, la cantidad de palabras que usamos, como nos vestimos y como respondemos a las preguntas son solo algunos factores que debemos tener en cuenta para pasar esa prueba de fuego en la que se convierte una entrevista de trabajo.
El mejor comienzo es la puntualidad. Llegar diez minutos antes es la clave, aunque te hagan esperar, sabrán que te interesa estar ahí, que es importante para ti como para haber llegado antes y habla muy bien de tu responsabilidad.
La primera impresión es importante, pero no exageres. No estrenes ropa ese día, sobre todo zapatos, o tacones, porque pueden hacerte una mala jugada. No conoces bien como te mueves en esa ropa o zapatos nuevos, por lo que es mejor ir con algo formal pero que te haga sentir cómodo, pues de lo contrario estarás pendiente de lo que te molesta o se vaya a notar, perderás concentración y tu entrevistador lo notará.
Siéntate erguido, pero que se vea tu comodidad en la silla, no que estas tenso y a puto de un ataque de nervios. Siempre habla desde la verdad aunque sin revelar toda tu lista de defectos y problemas. Aceptar los defectos demostrará que eres honesto y que no tienes problema en reconocer cuando hagas algo mal, pero también debes hacerte buena publicidad, exalta muy bien tus habilidades y virtudes, esto te dará seguridad.
Si te preguntan o te piden hacer algo que no tienes mucha idea, siempre muéstrate dispuesto a aprender, reconoce que tal vez no es tu fuerte pero que puedes investigar y que te gusta aprender. No te comprometas con todo ni digas que todo lo puedes hacer solo por quedar bien, pues llegado el momento puedes verte encerrado en un problema grave solo por tomar responsabilidades de más.
Enfatiza tu capacidad de trabajar en equipo, pues eso muestra que no tienes problema en compartir ideas y escuchar las de los demás, que puedes ponerte al frente de un proyecto o ser parte importante de alguno de la mano de otras personas.
Olvida las ideas fijas y radicales, recuerda que debes entrar bien, agradando a los demás, si bien puedes exponer tus opiniones, el imponer tu criterio dará a conocer que eres inflexible y que solo te gusta tener la razón a todo momento. Dar tu opinión respetando la de los demás, demuestra que puedes estar en desacuerdo con alguien, pero dispuesto a encontrar un punto medio que permita el flujo del trabajo y la convivencia entre colegas.