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En estos días de celebrar las riquezas de los países hispanos y su herencia cultural, le ha llegado el turno a la hermosa tierra de Colombia. Ahora, un país como Colombia, con tanta diversidad en su cultura y geografía, es de esperar que sea un destino turístico bien reconocido en el mundo, con la belleza de Cartagena de indias y su legado colonial, Santa marta con su historia y paisajes extraordinarios, San Andrés y Providencia, con sus playas blancas, peces multicolores y resorts, Guajira, Bogotá, Medellín… en fin, todos estos centros turísticos tradicionales a disposición del público. Pero lo cierto es que Colombia, y sus mejores tesoros, se esconden más allá de la selva frente a las playas del pacífico colombiano
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El pacífico colombiano es una zona de poco desarrollo urbano en la que el turismo ecológico se mezcla con las tradiciones y la cultura local. En esta zona se encuentra el municipio de Nuquí, del departamento de Chocó, uno de los destinos de ecoturismo con más para ofrecer.
Nuquí se encuentra en lo que es ahora el Parque Nacional Ensenada de Utría, en la época de la colonia, fue a esta zona donde los españoles llevaron a la mayoría de los esclavos, para trabajar en las minas de oro. Por esta razón, la cultura del pacífico colombiano es una mezcla de tradiciones africanas, tradiciones indígenas y vestigios de la colonia. La comunidad de Nuquí es principalmente pesquera y vive al borde, entre la selva y el mar pacífico; debido a esto, su gastronomía tradicional es rica y exótica, siempre preparada con productos frescos de la selva y el mar.
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Las comidas más tradicionales de la zona incluyen arepas y torta de ñame blanco chocoano, buñuelos, sopas de pescado, arroz atollado de carne ahumada, bacalao de pescado seco-liso, bocachico con escamas, aguacates rellenos, cebiche de camarones o langostinos, empanadas de pescado, cazuela de mariscos, pescado con lulo chocoano, pescado encurtido, pargo frito en salsa de mostaza, aborrajados de pescado, ensalada de calamar, camarón o langostinos, empanadas de jaiba o camarón, crema de cabezas de langostinos, sopa de lentejas con pescado ahumado, pusandao (sopa) de bagre, pargo o corvina, cazuela de mariscos, arroz con calamares en su tinta, calamares rellenos, chaupiza (pescado muy pequeño), frijol tapajeño, huevos de piando, caldo de gazapo, quebrao (sancocho de carne serrana salada en cecina), sopa de almejas, sopa de cangrejo, arroz atollado con jaibas o con almejas, tortuga en carapacho (en jaiba), plumuda con plátano, patacones y el tradicional tapao de pescado, el plato insigne de la región.
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En este paraíso escondido se puede disfrutar de todo lo que la naturaleza tiene para ofrecer, desde termales y senderos para la exploración ecológica hasta recorridos naturales en los que se ve la flora y, especialmente, la fauna de la región, que es increíblemente diversa e incluye todo tipo de aves exóticas y toda clase de habitantes marinos, incluyendo las visitas anuales de las ballenas jorobadas, que va desde julio hasta octubre.
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Además de las actividades ecológicas, la zona se presta para todo tipo de deportes acuáticos, como surfing y buceo; sin contar el contacto directo con la cultura de la región y su gente, su alegría y su entusiasmo por mostrar las bondades que la tierra le ha dado a esta comunidad maravillosa.
Por todo ello Colombia es un destino obligado para quienes amen la naturaleza, la buena gastronomía y la mejor de las experiencias conociendo lugares maravillosos, con gente que recibe a los turistas como a su propia familia.