En el mundo agitado en que vivimos hoy, crear rutinas es prácticamente un acto de supervivencia, muchos de nosotros organizamos nuestras vidas y nos acostumbramos a ellas. Es la idea del control en medio del caos. Todo esto es muy normal, y realmente, si no tuviéramos este tipo de organización, más de una cosa importante en el día quedaría sin resolver. Pero ¿son todas las costumbres que componen nuestras rutinas saludables para el cerebro?
Es el momento de analizar las cosas que hacemos cada día, casi sin pensarlas, y cómo afectan al cerebro. Normalmente tenemos diferentes tipos de hábitos en nuestra vida diaria, algunos son adictivos, otros solo parte de nuestro manejo del tiempo. Surgen de diferentes fuentes o necesidades pero terminan todos causando el mismo impacto, modificando el funcionamiento del cerebro.
El cerebro es un órgano de cierto modo flexible y adaptable, pues tiene la tendencia a especializarse basado en lo que hacemos diariamente, de manera que se puedan cumplir siempre las exigencias diarias. Pero esta gran ventaja evolutiva del cerebro puede ser un arma de doble filo, ya que podemos adaptar nuestro cerebro a buenas cosas, como a la lectura constante, o a un buen horario de sueño; o a cosas que no lo son tanto como al cigarrillo y sus efectos de resistencia a la dopamina en el cerebro.
Entre los hábitos principales que son perjudiciales están:
1. No desayunar: Las personas que no desayunan antes de comenzar un día de exigencias no le dan la cerebro el alimento necesario para sus actividades normales, lo que puede causar degeneración cerebral.
2. Comer demasiado: esto puede causar endurecimiento de las arterias, lo que causa disminución en capacidad cerebral.
3. Fumar: No solo es una adicción que causa alteraciones a la producción y asimilación de dopamina, y por ende nuestra percepción del placer en general, sino que también lleva al cerebro a encogerse y puede causar Alzheimer.
4. Alto consume de Azúcar: Consumir demasiado azúcar puede inhibir la absorción de proteínas y otros nutrientes, causando malnutrición, lo que puede interferir con el desarrollo normal del cerebro
5. Niveles bajos de oxígeno en el cerebro: no tener suficiente oxígeno en el cerebro a causa de polución en el aire o incluso de dormir con la cabeza cubierta puede impedir el funcionamiento correcto del cerebro.
Por último, lo más común en la vida diaria de nuestra sociedad: no dormir suficiente, dormir mal, mantener niveles constantemente altos de estrés, forzar el cerebro durante tiempo de enfermedad, no alimentarse correctamente, no ejercitarse o ejercitar el cerebro con estimulación mental diaria pueden causar degeneración cerebral o acelerar la muerte de las neuronas.