Si hay un alimento en el mundo que represente la mezcla entre mitos y realidades es el ajo. Por siglos este pequeño bulbo se ha encontrado en el centro de la especulación, ya sea positiva o negativa, de las diferentes comunidades y sus tradiciones nutricionales y medicinales.
Dentro de sus más de 7000 años de historia como parte de la dieta humana, el ajo ha tenido muchos y muy variados usos; a partir de esta planta y sus características, como su fuerte aroma y su particular sabor, se han adjudicado todo tipo de propiedades, desde las puramente esotéricas, como lo fue el repeler vampiros u otras criaturas mágicas, a las medicinales, como sus propiedades en la prevención del cáncer y otras enfermedades; así como su papel representativo en la culinaria de muchas comunidades.
En la actualidad no esperamos que el ajo nos proteja de ningún tipo de manifestación mágica, pero eso no quiere decir que no se continúen realizando afirmaciones extraordinarias sobre esta planta, con un respaldo más tradicionalista que científico. Del mismo modo, su aroma y gusto siguen creando detractores y partidarios en casi igual medida, respectivamente.
Ahora, en realidad, ¿qué podemos afirmar sobre el ajo?: Se ha afirmado por años que el ajo ayuda a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer entre otras, así como que en efectivo en el tratamiento del resfriado común. Lo cierto es que el ajo contiene niveles bajos de grasas saturadas y sodio, combinado con una cantidad bastante alta de vitaminas y minerales como son el hierro, calcio, potasio, yodo, zinc, magnesio, vitamina A, complejo B, vitamina C, vitamina E, vitamina K y fósforo entre otros, en adición a una buena cantidad de antioxidantes; lo que le convierte en un muy buen suplemento nutricional. Sin embargo, esto no le convierte en una cura, solo quiere decir que tiene un impacto positivo en nuestra nutrición, pero este sería inútil sin una dieta balanceada y completa.
El ajo es un complemento delicioso, si bien algo fuerte, para nuestras comidas; y podemos decir tranquilamente que tiene buenas propiedades nutricionales. Dicho esto, es importante recordar que todos los alimentos juegan un papel dentro de un conjunto; una nutrición adecuada puede prevenir infinidad de enfermedades, pero no podemos esperar que un solo alimento solucione todas nuestras deficiencias nutricionales, lo más que puede ser es un inicio en la búsqueda un mejor conocimiento sobre nuestras necesidades nutricionales, así como una puerta al camino de ruptura con la alimentación deficiente y desinformada a la que nuestras vidas agitadas nos han llevado.