Sabemos que la naturaleza no deja de sorprendernos con los paisajes y lugares en general que se vuelven inolvidables, ríos, cuevas, bosques, costas y lugares de increíble belleza que quisiéramos conservar en nuestra memoria para siempre. Pero también existen otros lugares que con una ayudita de la mano del hombre, se han vuelto peligrosos, misteriosos, extremos y asombrosos. Te traemos algunos ejemplos de estos lugares para que te animes a visitarlos y conozcas su misterio.
Al hombre en general, le encanta aquello que llame su curiosidad, que parezca inexplicable y misterioso, y un excelente ejemplo es la Isla de Pascua. Su misma ubicación es extrema pues está en medio del Océano Pacífico aunque pertenece a Chile. Es destino obligado de muchos turistas porque tiene una serie de grandes estatuas de piedra, de la cultura Rapanui. Nadie sabe muy bien como se construyeron, y porque se relaciona con culturas lejanas de otros lugares del mundo como de la India o el Caribe, pues estando tan alejada, transportar semejante peso es asombroso. Siguen las preguntas sin respuestas que recaen sobre esta isla.
Uniendo la capital de Bolivia, La Paz, con la región de los Yungas en el norte del país, se encuentra la carretera conocida como El Camino de la Muerte. Su nombre no es para nada alejado de la realidad, pues en sus 80 kilómetros cuenta con una larga lista de accidentes y muertes que resulta lamentable, pero ha atraído curiosos que buscan corroborar la fama.
En Pensilvania, Estados Unidos se encuentra un pueblo abandonado llamado Centralia. A principios de la década de los 80’s el pueblo contaba con 1000 habitantes, pero a raíz del incendio ocurrido en una mina abandonada, al parecer no se ha extinguido por completo. El incendio sigue vivo por debajo, lo que ha obligado a los habitantes a abandonar el pueblo, y aún hoy se pueden ver algunas pequeñas chimeneas saliendo del piso.
En el Líbano podemos encontrar una terraza, conocida como las Ruinas de Baalbek. Lo extraño de esta construcción es que está formada por enormes piedras que miden 20 metros de lado y pesan cerca de 2000 toneladas. Ningún mecanismo de la actualidad es capaz de transportar algo así, por lo que los arqueólogos, arquitectos o científicos aún no pueden dar una explicación sobre como se construyó, como se transportó y dió forma a semejante edificio.