El ser humano debe gran parte de su evolución a la vida en comunidad. Esta forma de vida basada en la cooperación ha supuesto no solo una inigualable capacidad para dominar su medio ambiente sino que, además, muchos especialistas explican su desarrollo neurológico y lingüístico a partir de su habilidad para comunicarse. Más allá del núcleo familiar como primer grupo que propicia este fenómeno recíproco de desarrollo biológico-comunicativo, los amigos son los miembros de la sociedad que se eligen como hermanos y que tienen consecuencias directas en la biología de quienes viven la amistad.
Investigaciones recientes indican que quienes cuentan con el gen DRD2 (que permite a las personas asimilar mejor la dopamina) tienen mayores probabilidades de hacerse amigos. Esto significa que aquellas personas cuya herencia genética les hace más susceptibles a las “señales químicas del bienestar”, tienden a establecer relaciones de amistad. De algún modo, un cuerpo preparado para disfrutar recibe con entusiasmo la oportunidad de compartir con amigos. Desde luego, esto no es determinante, ya que los factores culturales que pautan la personalidad son fundamentales para poder estrechar los lazos con los demás.
Compartir actividades deportivas con amigos
El deporte te mantiene saludable. La forma que tiene el cuerpo de señalarte que ejercitarte es una actividad beneficiosa es, una vez más, produciendo endorfinas. Sin embargo, no todos los deportes de competencia están desprovistos de estrés o ansiedad. La mejor manera de obtener todo el provecho que supone el ejercicio es practicarlo en compañía de amigos, ya que, en un ambiente conocido y agradable, el organismo es más susceptible a recibir los aportes de las endorfinas.
Los amigos que producen adrenalina
Considera seriamente tener un amigo diferente a tu círculo habitual de compañeros de trabajo o vecinos del barrio. Un amigo que te exponga a lo insólito y a la consecuente producción de adrenalina: una hormona que regula la presión sanguínea y mejora la capacidad respiratoria. Desde luego, debes tener mucho cuidado con estas compañías ya que la adrenalina es adictiva y algunos amigos son grandes productores de esta sustancia debido a que siempre te están metiendo en problemas.
La importancia de los abrazos
La dopamina es el analgésico natural que produce el cuerpo y descarga sensaciones sumamente placenteras. Su efecto es similar al de algunos opiáceos y se genera, por ejemplo, durante las relaciones sexuales. En este sentido, aquellos que tienen una de esas relaciones de “amistad con derecho a contacto” pueden contemplar esta opción para liberar estrés. Sin embargo, si eres de los que cree que el sexo no puede formar parte de la amistad, esto no significa que debas renunciar a la “dopamina”. Estudios recientes han demostrado que dicha sustancia se produce más allá de las actividades sexuales y que los abrazos y las caricias de los amigos no solo nos reconfortan anímicamente sino que combaten la depresión a nivel químico.
Una amistad divertida
Un amigo que te hace reír es bueno no solo para salir de las rutinas y dejar atrás el tedio. También tiene repercusiones directas en el bienestar del organismo. Esto es así ya que la risa es una de las mejores formas de producir endorfinas: sustancias que nos dan placer y que, entre otras cosas, mejoran el sistema inmunitario. Por lo tanto, ese amigo que siempre tiene a mano un chiste o un comentario ingenioso para hacerte reír es reconocido por tu cuerpo como un proveedor de placer y protección. A su vez, una buena manera de preocuparte por la salud de tus amigos es intentar hacerlos reír.
Hablar de los problemas
La mejor manera de dejar de pensar que las cosas malas que nos pasan son insólitas o extrañas es hablarlas con un amigo. El compartir experiencias siempre te ayuda a poner los problemas en perspectiva y evaluar su verdadera gravedad. Asimismo, exteriorizar un problema libera la angustia y es un factor determinante para combatir las consecuencias que tiene la depresión sobre el organismo (desgano, apatía, insomnio). Contar con un amigo confiable para charlar puede cargarte de energía para emprender tu día y mejora tus posibilidades de descansar de noche.
En su libro “Políticas de la amistad”, el pensador francés Jacques Derrida retoma la antigua idea griega de que la gran oportunidad que ofrece la amistad no es la de ser amado, sino la de amar. Pensar en alguien, preocuparse por sus problemas y alegrarse por sus logros son actividades que pueden sacarte momentáneamente de las cosas que te angustian y convertir ese tiempo de dolor en algo positivo para el otro y también para ti. Por otro lado, pensar en alguien que te agrada es una buena forma de relajar el cuerpo y liberar tensión.
Ocio productivo
La melatonina es una hormona que potencia el sistema inmunológico, aumenta la resistencia para realizar esfuerzo físico y regula la temperatura corporal. Además de todos estos beneficios, es también un antioxidante que retarda los procesos del envejecimiento y ayuda a estabilizar el sueño. Para obtener melatonina no es necesario ir a la farmacia, ya que el cuerpo humano la produce en respuesta a ciertos estímulos exteriores. Por ejemplo, desarrollar algún hobby en compañía de un amigo constituye una excelente forma de estimular la producción de esta hormona.
Muchas veces te debe de ocurrir que no entiendes cómo puedes ser amigo de una persona con la que no tienes muchas cosas en común. En realidad, uno de los aportes positivos de la amistad radica en la posibilidad que ofrecen los amigos de acceder a experiencias nuevas o inesperadas que de otra forma no habrías vivido. Cuando un amigo es más atrevido y el otro es más reflexivo, si a uno le gusta bailar y al otro ir a los museos, los amigos se complementan y se exponen a cosas nuevas que los enriquecen. De esta forma, se ejercita la capacidad de aprender y se mantiene en forma el sistema neurológico que interviene en los procesos cognitivos, algo fundamental, por ejemplo, para prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Soledad o compañía
En tiempos de redes sociales que derivan las relaciones humanas al universo virtual, los amigos con los que compartes actividades al aire libre siguen siendo de una importancia fundamental para tu estado de ánimo pero también para la salud tu cuerpo. Socializar cara a cara y realizar actividades cotidianas en compañía de un amigo ayuda a reducir las preocupaciones de la vida diaria y permite asociar algunas tareas que no siempre son estimulantes (trabajar, salir a caminar) con algo placentero. De este modo, el cuerpo diluye la tensión y libera sustancias como la serotonina, que disminuye la ira o regula el sueño. Esta sustancia también se encuentra en el café o en el chocolate, cosas que tienen un excelente maridaje con la amistad.