Líderes contra el #CambioClimático

Publicado el November 12, 2013

En una ciudad como Nueva York, donde la comodidad es el rey, puede ser difícil conseguir que las personas tomen la iniciativa para abordar el cambio climático. Y esto no sucede hasta que los acontecimientos climáticos extremos como el huracán Sandy suceden. Afortunadamente, Nueva York y muchas otras ciudades grandes han comenzado a combatir el calentamiento global a escala masiva.

Para celebrar estos esfuerzos, la primera ceremonia de los premios de Liderazgo en Cambio Climático se llevó a cabo en Londres el pasado 3 de septiembre. Se premiaron a diez ciudades por hacer los mayores y más innovadores esfuerzos para llevar a cabo proyectos de infraestructura ecológica y luchar contra los efectos del cambio climático. Aquí están los ganadores, y la manera que estas diez ciudades están luchando contra el calentamiento global.

Bogotá          

Transporte público

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Desde 2000, Transmilenio, el sistema de autobuses de la capital colombiana, lleva 70 por ciento de la población a través de la ciudad cada día, lo que resulta en una reducción de las emisiones de 350 mil toneladas por año. Pero eso es sólo una probadita. El sistema también pretende deshacerse de diesel y convertir los autobuses a híbridos y eléctricos en 2024. Ahora, un grupo de taxis totalmente eléctricos están en la ciudad, y en la próxima década se espera reemplazar 50 por ciento de los taxis existentes en Bogotá.

Copenhague

Medición del carbono y planificación

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Copenhague se ha propuesto en convertirse en la primera capital neutral en carbono para el año 2025. Desde 2008, la capital danesa ya ha visto una reducción de emisiones de carbono de 40 por ciento, y en 2013 ha invertido cien millones de dólares en iniciativas de cambio climático. El alcalde Frank Jensen explicó: “En el futuro, los ciudadanos de Copenhague harán aún más, y vamos a invertir en autobuses híbridos para el transporte público. Los edificios en Copenhague serán de energía renovada y edificios nuevos serán eficientes de energía.”

Melbourne

Eficiencia energética

Melbourne está otorgando “financiamiento basado en impuestos para mejorar la eficiencia energética e hídrica” para edificios aplicables. La primera etapa de planes para equipar 1.200 edificios establece una estimación de alrededor de 500 millones de dólares en la estimulación económica nacional.

Ciudad de México

Calidad del aire

En estos proyectos de gran escala para salvar las ciudades de sí mismas, algunas grandes historias de transformación están en curso. La ciudad de México que solía ser “la ciudad más contaminada del mundo”, se llevó el premio por la calidad del aire. A través de su programa, ProAire, está destinando carriles para bicicletas y la creación de parques solares. Además está reduciendo las emisiones de las plantas eléctricas de la zona y motiva a las empresas industriales de ser responsables en la aplicación de mejores prácticas.

Munich

Energía ecológica

La capital de Baviera está obsesionada con los parques eólicos. Y aunque me gusta pensar que tiene algo que ver con una larga tradición alemana de construir molinos de viento, estoy bastante seguro de que en este caso es el deseo de independencia energética que impulsa este tipo de proyectos. En 2025, cuando Copenhague será neutral en carbono, Múnich tiene planes en convertirse totalmente dependiente de la energía renovable. Esto significa, producir por lo menos 7.5 mil millones de kilovatios al año.

Nueva York

Adaptación y resiliencia

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Esta es la ciudad donde vivo. Nueva York ha ganado un premio por “una fuerte y más resiliente Nueva York.”

Huracán Sandy estimuló al alcalde de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, para iniciar la plática y abordar públicamente el cambio climático. Desde entonces, diez mil millones de dólares han sido recaudados y 60 de 250 iniciativas esperan ser logradas a finales de 2013.

También hay que señalar que el propio Bloomberg es presidente del Grupo de Liderazgo Climático C40, por lo que la inclusión de Nueva York es sorprendente y un tanto dudosa.

Río de Janeiro

Comunidades sustentables

Favella

Río de Janeiro tiene la ambición de formalizar todas sus favelas en 2020. La población de la ciudad que vive en estos asentamientos informales de 200 mil (más del 20 por ciento de la población total), y se verá incluida en los proyectos sustentables para mejorar casas habitación.

San Francisco

Manejo de basura

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En 2002, San Francisco inició su programa de Zero Waste, con la esperanza de llegar a un futuro con menos basura en el año 2020. Hasta ahora, la ciudad ha logrado que el uso de los basureros baje 80 por ciento. Para poner esto en perspectiva, esto es algo en que Nueva York falla. Bajo Bloomberg, Nueva York ha creado más espacios para basureros y menos reciclaje, ha pasado de 35.1 por ciento en 2002 a 16.6 por ciento en índice de reciclaje en 2012. Mientras tanto, San Francisco ha recogido 300 toneladas de restos de comida por día, y utiliza cien millones de bolsas de plástico menos al año. ¿Estará San Francisco libre de basura para el 2020? Parece que hay esperanza.

Singapur

Fortalecimiento de su infraestructura

Bogotá ya se ganó el premio por transporte, pero Singapur está recibiendo el reconocimiento de categorías similares. Se llevó el premio Ciudad de infraestructuras inteligentes, pero bueno, tal vez la ciudad sólo quiere ser eficaz. Con tecnologías como los sistemas electrónicos de tarifa vial, a través del cual “la información del tráfico en tiempo real es entregada a través de taxis con GPS”, Singapur ha logrado uno de los índicies de congestión más bajos para una ciudad de su tamaño. Además, su sistema de transporte público­ —autobús y tren— es uno de los sistemas más funcionales en el mundo.

Tokio

Desarrollo económico

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Tokio cuenta con un programa fuerte de comercio, en el que las empresas deben comprar créditos para su contaminación de carbono, y se ha ganado el muy raro y capitalista premio, Finanzas y Desarrollo Económico.  Iniciado en 2010, el programa requiere que los grandes edificios industriales y comerciales reduzcan sus emisiones. Inicialmente, más de 1,100 instalaciones redujeron las emisiones 13 por ciento. Y al año siguiente, diez por ciento adicional se sumó a las reducciones. En total, Tokio ha visto una reducción de siete millones de toneladas de emisiones de carbono.