Conocemos algunos por ejemplos cercanos, otros por difusión en los medios que la obesidad es una de las enfermedades más agresivas que padece el mundo moderno. No es que antes no hubiera existido gente con sobre peso, solo que en la actualidad hay muchos factores que desencadenan el aumento de peso desmedido y agravan las condiciones físicas que ya de por sí la persona pudiera tener.
La genética es uno de esos factores que cuentan dentro del desarrollo del sobre peso, pues si tenemos unos padres y abuelos que han tenido problemas de este tipo, o que su contextura física es más bien gruesa y tienden a engordar fácil, con seguridad nosotros tenemos la tendencia a aumentar muchos kilos si no cuidamos nuestros hábitos alimenticios y rutinas en general.
La falta de actividad física, que no quiere decir enlistarse a diario en un gimnasio es muy importante. Con establecer rutinas de ejercicios varias veces a la semana, que implique caminar o trotar, estiramiento y mantener un constante movimiento mejora la salud cardíaca y la quema de grasa en exceso. Al mismo tiempo es necesario incluir ciertos alimentos y decirle adiós a otros cuantos. No se trata de abandonar todo lo que nos gusta radicalmente, peor no darle el protagonismo en nuestra dieta a alimentos cargados de grasa por ejemplo. Se trata de un equilibrio entre nuestros hábitos alimenticios y el ejercicio que podamos hacer con constancia y disciplina para mantener una condición sana.
Pero existe probablemente un factor que no se había considerado tanto, y que científicos han venido estudiando para obtener una explicación alterna. Se trata del gen IRX3 que tiene gran influencia en el hipotálamo, parte del cerebro encargada de la regulación hormonal. Por lo tanto la información contenida en este gen es importante para determinar si una persona tiene tendencia a acumular grasa facilmente o no.
Pero descubrir la importancia de éste gen en la aparición de la obesidad no quiere decir que esta resuelto el camino, pues la creación de un medicamento que influya sobre el mismo es delicado sin hacer que afecte otros procesos en el organismo. Es un avance increíble y muy significativo aunque la tarea sigue siendo perseguir sus funciones, otros genes sobre los que actúa y descifrar como actuar para combatir la enfermedad desde este punto.