Brunch (por su nombre en inglés, combinación entre almuerzo y desayuno – breakfast y lunch) es la comida perfecta ya que te ofrece lo mejor de dos mundos: dormir hasta tarde y comer delicioso y sano. Puedes elegir algo salado como huevos revueltos o crepes de vegetales, o algo dulce como un pastel de café casero o una tostada francesa. Y por supuesto, no sería un brunch sin una o dos bebidas agradables: un café potentoso, una chocolatada caliente espumosa o un té con leche y miel son las opciones que seguro serán las elegidas.
Waffles con un toque frutal
Lleva los waffles tradicionales a otro nivel al condimentarlos con una compota de frutas. Para lograr una compota de bayas fácil, saludable y para que se te haga agua la boca, puedes combinar bayas frescas y congeladas, jugo fresco de limón y néctar de agave. Deja que hierva a fuego lento en una cacerola y sírvela ya sea junto o arriba de los waffles.
Huevos y tostadas
Los huevos y las tostadas son una opción clásica y rápida que puede servirse en una gran variedad de formas. Si deseas reducir la cantidad de hidratos de carbono o calorías consumidas, Anita Laginess de la familia dueña del tomate Dei Fratelli sugiere moler galletitas de agua y rociarlas encima de los huevos. Tendrás tus huevos y tostadas en un bocado y nunca extrañarás la presencia de los hidratos de carbono.
Tostada francesa
La tostada francesa es un básico de la comida estadounidense, mayormente porque es fácil de preparar y es deliciosa. Para hacer que sea mucho más rica, agrega nuez moscada y canela a tu mezcla. Sugerimos usar pan de pasas viejo o brioche de canela para darle a las tostadas francesas una textura extra rica y una explosión de canela.
Pastel de café
El complemento perfecto a una taza de café húmedo es una porción de un pastel de café húmedo y delicioso. Para una torta mucho más húmeda, Laginess sugiere sustituir la salsa de tomate por agua. Le agrega un sabor a tomate más sano, al igual que un acompañamiento increíblemente húmedo a tu café.
Omelet
¿Deseas un omelet perfecto cada vez que lo prepares? Te aconsejamos verter tu mezcla en una sartén enmantecada y envolverla en una forma de pergamino. Cocínala hasta que el huevo esté bien cocido, enróllalo y sírvelo. Agrega un acompañamiento de crema ácida y una salsa a gusto.
Bruschetta
Convierte la bruschetta común en una exquisitez de desayuno al condimentar tu tostada antigua con un aderezo renovado. Te sugerimos condimentar la tostada hecha con pan artesanal con tomates, cebolla y ajo. Rocía pedazos de panceta y queso por encima y un toque de aceite de oliva.
Sanwiches con panceta, huevo y queso
Los sandwiches para el desayuno son otra opción favorita fácil para el brunch. Usa medialunas, muffins ingleses tostados o panecillos cortados a la mitad y luego agrégales queso, huevos y panceta. Corta tu panceta cruda a la mitad antes de cocinarla y haz que tenga el tamaño perfecto para los sandwiches.
Hueveras saladas
Un brunch glamoroso se trata de la presentación. Para aumentar la apariencia de los huevos estándar sirviéndolos en una huevera con crema pastelera. Saltea algunas cebollas, pimiento verde, apio y tomates, luego viértelos en una huevera con un huevo y un poco de queso. En sólo 10 minutos, estarás diciéndole hola a una nueva forma de mirar al desayuno.
Crepes perfectos
Los crepes pueden parecer complejos, pero son tan fáciles de preparar como los panqueques y mucho más versátiles. Puedes irte para el lado de lo salado agregándoles vegetales, hongos y queso, o elegir el costado dulce con una fruta y crema batida. Siempre debes mezclar la masa de los crepes la noche anterior. Déjala en el refrigerador durante la noche para lograr una masa bien delgada y esponjosa a la mañana siguiente; ya que esto permite que los ingredientes se incorporen bien.
Strata para el desayuno
Se trata de una mezcla de pan entre una cazuela y postre dulce. Para lograr un brunch bien salado que también sea rápido, mezcla todos los ingredientes; pan, queso, jamón, hongos, pimentones, cebollas, huevos y leche, en una cacerola emantecada y llévala al refrigerador por hasta dos días antes de hornearla. Simplemente quítala del refrigerador, hornéala y sírvela.