Malos hábitos conocidos hay muchos. Otros tantos son extraños y únicos, pero lo que es común a todos es que son difíciles de dejar y fáciles de retomar. Conocemos hábitos como fumar, beber, comerse las uñas, dormir poco de noche y mucho de día, tomar café en exceso, beber demasiada coca-cola con todas las comidas, cogerse el pelo todo el tiempo, tener algo en la boca siempre como chicles o dulces, adoptar una mala postura, la pereza, la poca higiene, saltarse comidas, en fin, demasiadas para mencionarlas.
Dejar un mal hábito es complejo porque simplemente no tenemos consciencia plena de lo que estamos haciendo. O piensa si es posible que te des cuenta en qué preciso instante empezaste a comerte esa uña? o ese café matutino que preparas todavía dormido pero que cuando ya estas más despierto está listo en una taza y con azúcar como te gusta? Nuestro cerebro memoriza y aprende a realizar las mismas tareas diarias y las completa en automático para que pasemos el día sin problemas, pues justo ahora que el ritmo de vida es cada vez más rápido no tenemos tiempo para detenernos 10 segundos. Las tareas más complejas y que requieren de mayor atención por nuestra parte, deben ser completadas conscientemente, y son muchas, así que otras tantas se realizan a nivel inconsciente.
A nivel cerebral, el hipocampo se encarga de almacenar los recuerdos de situaciones o acciones gratificantes, por lo que se vuelve difícil abandonar un mal hábito pues ya estamos acostumbrados a sentir placer cuando los hacemos y existe cierto rechazo a terminar con ellos. Nuestro cerebro ya sabe como actuar y reaccionar ante el hábito y pone mecanismos de defensa para evitar acabar con lo que sus recuerdan almacenan como gusto o placer.
Sin embargo, hay solución, depende siempre de nuestra voluntad, pues aprovechando la capacidad que tiene nuestro cerebro de generar nuevas neuronas y por ende conexiones entre ellas, podemos propiciar nuevos pensamientos, nuevas ideas. Si pensamos que el hábito nos hace daño, que trae consecuencias negativas y por una vez aunque sea por un día, lo rechazamos o lo reemplazamos por algo más, que sea positivo, nuestro cerebro registra el cambio y es capaz de aprender un cambio como ese. de hacerlo constante y que se vuelva permanente depende de nosotros, pero solo con un cambio de pensamiento y actitud ante lo que nos hace daño, podemos preparar el camino hacia una vida más sana. Si sientes que fumar te hace feliz, cambialo por algo que te guste. Ver una película, son dos horas de placer, disfrutar de algo que te gusta sin estar fumando. Come chocolates, dulces, chicles o algo que te guste en lugar de encender un cigarrillo. Si te comes las uñas y eres mujer, píntalas de colores y diseños elaborados, para que te duren varios días, y piensa que dañarás tu esmalte si te comes las uñas. Si eres hombre, ten a la mano chicles o fruta picada, algo que puedas tener en tu boca y no te haga daño. Puedes aplicarlo según el hábito que tengas.
Todo está en la mente, como primer paso para tener rutinas y hábitos saludables.