Las personas que quieren perder peso, recurren a un sin fín de métodos muchas veces adecuados, pero otras tantas no. Y es que en los últimos tiempos han salido a luz diferentes métodos que le permiten a quien quiera bajar unos kilitos, lograrlo en determinada cantidad de tiempo. No todas las opciones funcionan para todo el mundo, porque son procesos que deben tratarse con cuidado y disciplina, preferiblemente bajo la guía de un profesional, y cada organismo responde de manera diferente.
El ayuno no se trata simplemente de dejar de comer por días y listo, porque sería totalmente contraproducente y nuestro cuerpo necesita de un flujo constante de nutrientes, para que todos los organos funcionen como deben. Ayunar se puede hacer de varias formas y es mejor empezar de a poco para observar los resultados, y de allí determinar si se puede hacer un ayuno más agresivo.
Por ejemplo, empieza por quitar una comida del día como el desayuno o la cena, la que te cueste menos trabajo. Mira como te sientes, porque es posible que te altere el genio, te desesperes por sentir mucha hambre o por el contrario no te sientas tan mal. Si lo superas, quita las comidas a media mañana y media tarde. Ya luego estás listo para hacer el ayuno de 14 a 16 horas y de allí pasar al de 24 horas según el horario que mejor se acomode a tu ritmo de vida. Por ejemplo si dejas de comer a las 7pm no comas de nuevo hasta las 7pm del día siguiente.
Durante las horas de ayuno, debes beber mucha agua, té sin azúcar, puedes ayudarte con jugos detox, naturales, preparados con frutas que mantendrán tu organismo funcionando solo con alimentos nutritivos. Todo esto ayudará a tu pérdida de peso ya que evitarás las comidas pesadas, llenas de grasa o carbohidratos, y por la continua ingesta de líquido tu cuerpo se depura, saca todas las toxinas y te renueva.
Acompaña estas prácticas con caminatas diarias, también puedes montar en bicicleta o practicar algún deporte suave. No hagas estos ayunos todos los días, prueba un par de veces al mes y analiza los resultados. Cuando termines de hacerlo, no te demandes a comer de todo de nuevo, pues es mejor si continúas comiendo sanamente para evitar desequilibrios de tu organismo.