Todavía quedan algunos que siguen diciendo que “todo tiempo pasado fue mejor” y hay muchos otros que por el contrario, aseguran que los tiempos modernos son en definitiva más interesantes; la globalización, el contacto cercano con todo el mundo, la facilidad con la que te comunicas y accedes a todo lo que te gusta hace de esta época algo muy atractivo. Si embargo, no es que el pasado haya sido mejor, ocurre que se vivía diferente, un poco más sencillo y las rutinas eran otras a las que tenemos ahora.
En la actualidad manejamos agendas repletas de cosas (o al menos lo intentamos) eventos, reuniones, trabajo, estudio y mil compromisos que necesitan cada uno de un pedazo de nuestro tiempo. Las redes sociales, nuestra actividad en ellas y lo que a ello está unido como nuestro trabajo o hobbies, nos mantiene pendientes de lo que a cada segundo está pasando en el mundo. Es por ello que con tantas cosas que suceden a nuestro alrededor, es cada vez más difícil enfocarnos en una tarea específica sin que se nos atraviese un mensaje en el celular, una llamada, un programa de televisión, un post en Facebook, un video que nos envían, etc. Realmente perdemos mucho tiempo, y rápidamente perdemos la concentración en asuntos que necesitan nuestra completa atención, pero con tantas distracciones, como lograrlo?
Como primera medida, no se trata de prohibirte que hagas todo lo que te distraiga, porque si le dedicas tiempo significa que te gusta y lo disfrutas. El asunto es solo cuestión de organización, para que puedas cumplir con tus tareas y darte pequeños gustos.
Por ejemplo, has una rápida lista de los pendientes y metas diarias o semanales que tienes que realizar, y así diferencia lo que es ocio de lo que es una verdadera responsabilidad. Durante el horario laboral mantente concentrado en tus obligaciones, pero asigna una hora para consultar tu correo personal o las redes sociales que más te gustan. Puedes verlo como una motivación, trabajar y cumplir con lo que necesitas para que llegue pronto tu hora de esparcimiento.
Cuando te sientas cansado, con dolor de cabeza o abrumado por el trabajo, has una pausa que signifique salir a caminar por cinco minutos, tomarás aire puro y tu mente se despejará. Algo parecido sucede con la meditación, una práctica que te ayudará a concentrarte en la respiración, a mantener alejados los pensamientos y a poner tu mente en blanco, relajarte y calmarte.
Otra manera de obligarte a estar más concentrado, es que en tu computador establezcas dos sesiones diferentes: una para el trabajo y otra personal. De esta manera tendrás que salirte de tu sesión de trabajo y entrar en la personal con contraseña para acceder a tus cosas, y esto te tomará más tiempo, logrando que termines por dejarlo para después. La tentación de hacer click y rápidamente acceder a tus perfiles de redes sociales o las cosas que te distraen disminuirán.
Una posibilidad que resulta muy sencilla si es que lo que te distrae es el ruido, es que vayas a un lugar tranquilo en el que no haya recorrido constante de otras personas. Una biblioteca sería ideal, un estudio o cuarto en tu casa o finca de descanso funcionará. Conecta tus audífonos y escucha música relajante o instrumental, preferiblemente que no tenga letra porque de otro modo te la pasarás cantando.
Lo importante es que hagas este tipo de cosas seguido para evitar que pierdas costumbre y recaigas en pequeñas distracciones. Tu cerebro empezará a ejercitarse para la tarea de la concentración, cada vez que realices estos ejercicios, y mientras te puedas organizar y asignarle un tiempo a cada cosa, podrás aprovechar tu tiempo de mejor manera.