La fiesta del día de los muertos es una fiesta de gran importancia en México. Se desarrolla durante dos días, el 1ro y el 2 de noviembre, justo después de la fiesta de Halloween. Es una ocasión para encontrarse en familia. Durante del Día de los Muertos, la visita ritual es muy festiva, con ofrendas de dulces, calaveras en azúcar o tequila. Los mexicanos van a los cementerios, comen sobre las tumbas, bailan, cantan. No es un día triste para ellos. Crean altares en sus casas y colocan velas en sus habitaciones.
Historia
Todo el mundo, en algún momento, será confrontado a la muerte, sea la propia o la de un prójimo. Muchos rituales específicos a cada cultura, han sido desarrollado para permitir a los vivos de aceptar la muerta así que para ayudar a el difunto a acceder a su nuevo estado meta-físico. El día de los muertos, que data de unos 3500 años, se deriva hoy en día de diversas tradiciones.
Durante la época de Moctezuma (último emperador Azteca), los habitantes de México tenían la costumbre de ir varias veces al año a las tumbas de los muertos. La familia del difunto baila, cantaba y dejaba ofrendas con el fin de dotar al difunto en el más allá. En realidad, los Aztecas realizaban dos fiestas: una para los niños (Miccaihuitontl), y una para los adultos (Hueymiccalhuitl). La pequeña fiesta era celebrada 20 días antes de la grande.
Los Españoles, tenían la costumbre de ir a los cementerios para depositar pan, vino y flores para el Día de Todos los Santos. Los españoles pensaban que las almas recorrían las tierra y flotaban alrededor de ellos. Todos temían que se desplomaran sobre ellos para llevarlos con ellas. Es por eso que preparaban altares con vino y pan para calmarlas. Los cirios las guiaban hasta el altar. El ritual azteca no fue entonces erradicado por los españoles en la conversión al catolicismo. La fecha fue fijada para que coincida exactamente con el día de todos los santos, el 1ro y 2 de noviembre, en lugar de las dos fiestas precedentes separadas de 20 días.
Hoy en día, otra cultura se agrega a esta fiesta. La llegada de las almas de los niños el 31 de octubre coincide con la fiesta de Halloween. Es por eso que encontramos en las calles niños disfrazados de Drácula, momias y otros muertos vivientes. Ellos no dicen “trick or treat”, sino “calaveras” según la tradición del Día de los Muertos, con el fin de obtener dulces o monedas.
El ritual y las celebraciones
Para la fiesta de Día de los Muertos, las familias visitan las tumbas de sus ancestros y las limpian, las decoran, colocan flores (especialmente flores naranjas llamadas zempaxuchitl) y velas. Las almas de los difuntos vuelven sobre la tierra siguiendo un cierto orden. Conviene entonces darles las ofrendas apropiadas.
Las personas que hayan muerto durante el mes precedente no reciben ofrenda pues no han tenido el tiempo de pedir el permiso para volver a la tierra. Para los niños muertos antes de ser bautizados, una ofrenda de flores blancas y cirios. Para los otros, juguetes. Para los adultos, botellas de tequila.
Las ofrendas son hechas en cada casa sobre los altares colocados en los cuartos de los difuntos, más o menos decorados según las familias. Así puede encontrarse: incienso y copal, flores de buena suerte, cirios prendidos, fotos representado el difunto, calaveras de azúcar o chocolate, frutas, pan de muertos, dulces, la comida que el difunto adoraba, bebidas, agua bendita y diversas ofrendas particulares del difunto.
Las calaveras llevan en la frente el nombre del muerto. Aunque sean generalmente representativas del difunto, se pueden probar. Los Aztecas y otras civilizaciones guardaban como trofeo los cráneos de sus victorias y los reunían para el Día de los Muertos. Estos cráneos simbolizan la muerte y el renacimiento.
Para guiar las almas, un camino de pétalos de flores es creado de calle hasta el altar. Las plegarias se recitan y se toca la música. Los mexicanos, que son casi todos católicos, comienzan el día rezando a los difuntos, y finalizan bebiendo a su salud. Los mexicanos no temen a la muerte, se burlan de ella, juegan con ella y cohabitan con ella. Es una costumbre que para nosotros puede parecer chocante casi provocadora pues la muerte es tratada como un personaje casi humano con familiaridad y burla. No sería simplemente una manera diferente de abordar la vida y de integrar más naturalmente y sin pena la muerte que nos aterra y fascina?