Marcel Duchamp falleció el 2 de octubre de 1968 en Neuilly-sur-Seine. La mirada del artista francés cambió el concepto de arte para siempre y hasta hoy se sigue discutiendo, gracias a sus ready-mades, quién decide qué es o no arte .
Marcel Duchamp abandonó el arte para dedicarse a jugar ajedrez. Eran los primeros años de la década de 1920 en Nueva York y después de conseguir el título de Chess master, y de escribir varios tratados, no volvería a mostrar ninguna otra obra en vida. Su temprano retiro hizo que las consecuencias de Fuente, uno de los actos más comentados del arte del siglo XX, se demoraran en aparecer con toda su fuerza: solo cincuenta años después el arte tomó plena conciencia de las varias revelaciones de ese chiste/trampa. Aparecieron el arte pop, el arte conceptual y la crítica institucional; y desde entonces el arte no ha ignorado la relación con las instituciones, el mercado, la crítica y sus actores.
La primera gran exposición de Marcel Duchamp tuvo lugar en el Armory Show, en 1913, en Nueva York, y fue ese también su primer gran escándalo. La muestra causó revuelo en la alta sociedad neoyorquina. La crítica fue pugnaz con Desnudo bajando una escalera N.º 2, una de las obras. Gracias a ello, dos años después, cuando Duchamp abandonó un París en el que soplaban los vientos de la Primera Guerra Mundial, para instalarse en Nueva York, en 1915, el ruido que había producido esa pintura lo había convertido en una celebridad.
Duchamp consiguió en pocos años lo que ningún artista logra en tan poco tiempo. En 1917 fundó la Sociedad de Artistas Independientes junto a varios artistas de la vanguardia de Nueva York como Man Ray. Esta sociedad era una especie de logia contracultural cuyos estatutos estipulaban que cualquier artista sería miembro con solo pagar una cuota inicial de 6 dólares. La exhibición inaugural de la Sociedad se realizó ese año, y un desconocido, R. Mutt, presentó un orinal puesto al revés sobre una base para escultura, firmado, fechado y titulado Fuente.
Existen muchas versiones sobre la discusión que generó la presencia del orinal entre los miembros fundadores de la sociedad. Fuente fue rechazada entre 2.125 obras de 1.235 artistas debido a un tecnicismo: la ficha de entrada no estaba diligenciada correctamente. La pieza ponía a la Sociedad en un dilema del que no había escapatoria: si la rechazaban traicionarían los principios éticos que habían sido la base de su fundación. Si la aceptaban, sus miembros fundadores estarían traicionando el criterio para determinar qué podía ser o no arte.
Dado que la prensa no hizo mención del caso, pocos días después apareció una apología de la obra en la revista surrealista The Blind Man (de cuyo comité editorial hacía parte Duchamp). Luego, el fotógrafo Alfred Stieglitz, uno de los miembros más prominentes del círculo artístico de la vanguardia de Nueva York y dueño de 291, una prestigiosa galería de arte, hizo una cuidadosa foto de Fuente, se la envió al crítico de arte de The Sunday Times y exhibió la pieza en su galería. Su defensa de la obra se fundamentaba en el reglamento de la Sociedad de Artistas Independientes. Sin darse cuenta, Stieglitz legitimó el orinal como obra de arte, insertándolo en el circuito de arte vanguardista elegido por él mismo y otros simpatizantes. Tiempo después se conoció el nombre del artista que usó R. Mutt como seudónimo: Marcel Duchamp.
Fuente hizo parte de un grupo de ready–mades que hizo Duchamp entre 1913 y los primeros años de la década de 1920, antes de convertirse en el ajedrecista, colaborador de los surrealistas que fue toda su vida, la estrategia de Duchamp quedó para siempre grabada en la memoria del arte del siglo XX. Como lo dijo André Breton, se trataba de elevar objetos utilitarios a la categoría de obra de arte mediante un acto de elección del artista. Duchamp puso en evidencia la compleja relación entre el arte y los objetos de consumo. Hizo ostensible que el arte tiene un valor cambiario igual que lo tiene un auto de lujo; la trampa que le tendió a la Sociedad de Artistas Independientes reveló la intrínseca dependencia que existe entre artistas, obras e instituciones. El artista necesita al museo para poder llamarse artista, y los objetos que se exhiben en un museo se llaman arte precisamente porque llama arte a los objetos que exhibe. Y entonces, como si fuera un prestidigitador, este hombre nacido cerca de Rouen, en 1887, que se inició como artista en el París de comienzos de siglo, y que tuvo una gran influencia en las vanguardias del siglo XX, desde el cubismo, el futurismo y el Dadá en adelante, decidió marginarse.
Esas décadas de silencio hacen que la aparición de su último trabajo resultara sorprendente y crucial. Desde 1948, trabajó en secreto en Etant Données: 1. La chûte d’eau 2. Le gaz d’eclairage (Dados: 1. La fuente de agua 2. El gas del alumbrado) e instruyó al museo de arte de Philadelphia para que la hiciera pública un año después de su muerte, lo que en efecto ocurrió en 1969. Duchamp trabajó durante veinte años en una obra que solo puede ver una persona a la vez. Se trata de un pequeño orificio taladrado en una puerta. El espectador se encuentra con una mujer desnuda y acostada en el césped, rostro escondido y piernas abiertas, sosteniendo una lámpara de gas frente a un paisaje de fondo, vagina francamente expuesta y depilada en el centro de la imagen (lugar donde habitualmente un espectador posa su mirada en primera instancia).
Etant Données pone de manifiesto la crucial importancia del espectador, de la manera como mira. Duchamp dijo que son los espectadores los que hacen los cuadros. Esta obra es la demostración de lo que el espectador invierte en el acto de mirar, de cómo sus ideologías, su moral, su gusto, su intelecto y su pasión completan el sentido de la obra.