No deja de impactarnos como cada vez es más común ver que las niñas que empiezan a pasar por su adolescencia, ya parece que tuvieran 5 u 8 años más de los que en realidad tienen. Algunos le atribuyen estos desarrollos tempranos en la alimentación, y es muy posible, lo cierto es que ya vemos mujeres con 20 años que aparentan tener 16, pero este no es precisamente el caso de generaciones anteriores, en las que la edad que se tiene es la que se revela, o peor aún se aparenta ser mayor a los años que se tienen.
Sea cual sea el caso, nuestra piel debe tener un enfoque y cuidado especial de nuestra parte, toda la vida. Pero eso sí, evita los extremos como empezar a los 15 años a ponerte cuanta crema y producto se te atraviese, cuando todavía tu cuerpo pasa por un periodo de crecimiento y desarrollo, y además no tienes arrugas!
Podemos decir que una edad que se considera apropiada para empezar a prestarle más atención a esas arruguitas, es entre los 25 y 30 años, ya que las líneas de expresión que empiezan a ser características de nuestro rostro se empiezan a fijar con mayor fuerza, y se ven más pronunciadas aún cuando tu cara está relajada y sin forzar expresión. A esta edad puedes empezar a cuidarte para que en las décadas siguientes, pertenezcas al grupo de mujeres que aparenta menos años de los que tiene.
El mayor problema al que nos enfrentamos, es que en ese periodo de tiempo nuestra piel reduce la producción de colágeno, quien es el encargado de mantener las células elásticas y que por lo tanto aguanten un poco más el uso y el abuso que le damos a nuestra piel. Si las quieres usar desde antes, no habrá ningún efecto negativo, pero es en los años cercanos a los 30 cuando ya es necesario.
En el mercado existen cremas de todo tipo, por lo que fíjate muy bien en los componentes. Por ejemplo prefiere las que tienen colágeno, elastina y vitaminas que serán una ayuda extra. Algunas son especiales para la noche y otras para usar durante el día, así que analiza muy bien tus rutinas y hábitos diarios para acomodar tu producto con mayor comodidad, y manejando mejor el tiempo en el que las usas para que su efecto sea mejor.
Ahora bien, tu tipo de piel también es un factor a tener en consideración, por ejemplo las personas que tienen piel muy blanca deben tener mucho más cuidado, puesto que resulta más delicada. El sol les afecta en mayor medida, las arrugas se notan mucho más y parece que se reprodujeran porque no aparecen tres o cuatro, sino muchas en cada expresión. Los de piel más oscura aguantan un poco más las inclemencias de los rayos solares aunque a todos nos afectan. Las manchas se notan menos y la piel es un poco más gruesa por lo que las arrugas no son tan evidentes.
Si por otro lado tienes una piel que tiende a la resequedad, lo más seguro es que las arrugas empiecen a aparecer desde antes de los 30, a que si tu piel es por el contrario algo grasosa. En cualquier caso, es necesario que te acostumbres a usar crema hidratante que siempre te hará sentir fresca, evitará que esa resequedad aumente y el aspecto general sea sombrío, áspero y sin vida. Los protectores solares cada vez que salgas a la calle, son obligatorios para conseguir una uniformidad del tono de la piel, y evitar las manchas que deja el sol.
La clave es la prevención, así que entre más temprano empieces a tener buenas prácticas como una higiene adecuada, el protector solar desde joven y las cremas hidratantes, menos tendrás que pensar en las cremas antiarrugas en una edad más avanzada.