Por ahi corría una frase de alguien que dijo que la belleza está en los ojos de quien la mira, y es probablemente muy cierto. Quien tiene tal poder divino para afirmar quien es bello y quien no? y ha sido muy fácil a través de la historia de asignar un tipo de belleza a esta u otra persona, de acuerdo a los estándares del momento, y que quienes estaban por fuera de ellos automáticamente se volvían feos. Afortunadamente no existe una lista oficial de características para ser alguien “bonito” pues seguramente cada persona tiene algo que lo hace único y hermoso.
Y parece que fuera un problema de adolescentes, pero no. Si bien es una etapa muy difícil, es allí donde también pueden desencadenarse traumas que bien pueden durar toda la vida y ser más preocupantes en la edad adulta. En las últimas décadas hemos sido testigos de la especial preocupación por el cuerpo humano como un templo de belleza. Y si bien es necesario el amor propio y debe cultivarse a diario el autoestima, muchas veces se cruzan límites peligrosos con sacrificios fuera de control y consecuencias terribles.
Los estándares de belleza que crearon las modelos de pasarela, las actrices de cine y en general cualquier persona con fama y de cierto nivel de reconocimiento e influencia en la sociedad, apuntaron a unas medidas en los cuerpos de las mujeres que no son normales. Parece que nunca se es suficientemente bello, o el tipo de belleza que se tiene simplemente no es el adecuado.
Las premisas se establecieron así: si puedo arreglarme la nariz, porque no los senos, las nalgas, corregir la expresión de mi rostro, el color de mi pelo, la evidencia del tiempo en las arrugas de mi piel y en general ser físicamente la persona que quiero ser? Lo irónico es que todo el mundo tiene en mente el estándar de belleza que se den tener, y cuando piden que se les hagan intervenciones quirúrgicas piden ese mentón, esa nariz, etc, para que al final seamos todos hechos con un mismo molde? También quienes se someten a dietas estrictas para perder peso que en realidad no necesitaban perder, lo único que en realidad pierden es al amor propio, el aceptarse bajito, gordito, pálido pero siempre muy importante.
La pregunta es porqué no creemos que ya somos lo suficientemente bellos y completos como para tomar la decisión de cambiar radicalmente nuestra apariencia y a tan alto precio? Hemos visto ejemplos (y no han sido pocos) de personas que se han vuelto adictas a este tipo de cirugías estéticas radicales, con terribles consecuencias de deformaciones y hasta pérdida de la identidad.
Porqué las personas siguen considerándose feas o poco bonitas? hasta donde llega el autoestima e inteligencia emocional de una persona para decidir cambiar su apariencia radicalmente? son preguntas que siguen haciéndose cada día, y la invitación es a la aceptación, a que cada uno es un perfecto ejemplo de si mismo y por ello lo primero es el respeto por si mismo para recibir el de los demás y brindar afirmación, convicción y seguridad en uno mismo.