No es raro que luego de un largo día de trabajo o estudio, en algunos casos ambos, lo que más añores sea tu cama. A lo largo del día solo hay un pensamiento, y es no perder nada de tiempo entre el momento en que llegas a tu casa y el que pones tu cabeza en la almohada. Sin embargo pasa, que cuando lo haces y estas por fin a punto de dormir no lo logras, das vueltas sin parar, te adormeces un poco pero en realidad sigues bastante consciente de tu alrededor y de los millones de pensamientos que rondan tu cabeza. Ves como pasa el tiempo, corre la noche y sigues pendiente de las pocas horas que te quedan para descansar y que sigues sin conseguirlo.
Debes primero identificar los factores que pueden ser los causantes de tu imposibilidad para dormir y trabajar en ellos. Por ejemplo, intenta controlar o modificar todo o que puede afectar tu sueño, como la hora a la que normalmente vas a la cama, la comida, la luz de la habitación, el televisor, tu ropa al dormir, con quien duermes, en fin, son cosas que sí puedes manejar con inteligencia para minimizar los riesgos de perder sueño.
Una opción es crear un ambiente apropiado en tu habitación. Esto es volverla lo más oscura que puedas, agregando un blackout a tus cortinas, eliminando tantos dispositivos dentro de tu cuarto o cubriendo con una cinta el bombillito azul que tanto distrae en la noche. Evita tener la luz de tu cuarto con demasiada intensidad, o usa una lamparita en tu mesa de noche que por ser tenue, ayuda a relajarse más y conciliar el sueño, también puedes apagarla rápido y está cerca de ti.
Ahora, tus horarios de sueño. Es imperativo que respetes las horas a las que vas a dormir así como el momento de despertarse y levantarse. Trata de ser exigente con esto, como no acostarte demasiado tarde o cambiar la rutina drásticamente los fines de semana. Duerme como mínimo 7 horas, así que acomoda la hora a la que te vas a dormir en la noche para que te levantes, así sea madrugando, muy descansado. Los fines de semana no duermas hasta el medio día porque empezar la semana te dará muy duro y será cien veces más difícil. Duerme lo mismo, o una hora más, y descansa en tu cama viendo una película, relajado. Tal vez una siesta corta en la tarde para que el lunes estés totalmente energizado pero madrugar no sea tan complicado.
Si te gusta hacer ejercicio pero no tienes mucho tiempo, seguramente acomodarás tu horario para hacerlo igual. Pero no lo hagas en la noche, o al menos hazlo entre 4 a 6 horas antes de dormir, pues el ejercicio aumenta la temperatura corporal, te pone activo física y mentalmente y no es recomendable para ayudarte a conciliar el sueño.
Cuidado con el café, pues aunque sea deliciosa esta bebida y tengas como costumbre beber algunas tazas diarias, no es recomendable hacerlo después de las 3 de la tarde porque el efecto de la cafeína se demora en abandonarte y con seguridad afectará tu sueño.
Intenta varias alternativas! que tal meditación, música relajante antes de dormir, leer un libro…? son cosas muy fáciles que puedes practicar y ver cual te funciona.