Hablamos de frutos secos como los cacahuetes, los pistachos, las almendras y las nueces, entre otros. Ya no podemos ver los frutos secos como unos simples snacks o complemento o para ver una película y para entretener a los invitados mientras la cena se sirve. Ahora los frutos secos deben formar parte importante en nuestros hábitos alimenticios, pues sus beneficios y aportes a la salud no son pocos.
Ya era de conocimiento popular que su consumo es muy saludable para el corazón, pero a raíz de varios estudios científicos realizados, se descubrió que quienes consumían mayor cantidad de frutos secos tenían menor posibilidad de morir. También se descubrió que reducía el riesgo de morir de falla cardíaca y también evitar cierto tipo de cáncer si consumías frutos secos comparados con quienes no los comen nunca.
Lo que ocurre es que en su interior se encuentran una buena cantidad de ácidos grasos no saturados, muchos nutrientes y minerales, lo que hace que se reduzca el colesterol, inflamaciones y otros problemas cardiovasculares.
Para esas personas que intentan perder peso resulta muy buena opción, pues al comer una porción en un paquete o una manotada al día de cualquier fruto seco la sensación de hambre desaparece, lo que evitar que piques y comas cositas que te pueden hacer aumentar unos kilos sin darte cuenta.
La forma de incluirlos en tu dieta no es compleja. Puedes comprar un paquete grande y coger un poco cada día, mezclado en postres, rociado sobre ensaladas y tortas, algunos cereales traen trocitos ya listos, e incluso se pueden hacer salsas.