Cuantas veces nos hemos preguntado el porqué no recordamos cierto evento si pasó hace tan poco tiempo, y porqué, un actor de X película nos quedó tan grabado cuando solo la vimos una vez hace 10 años? Diríamos que tenemos una memoria selectiva, por ejemplo para los números, las fechas, e incluso para la música y aprendernos muchas canciones.
También hay que decir que influye bastante la situación o circunstancia en la que ocurre cierto hecho, pues si se vive de manera traumática o causa un gran impacto se nos fijará bastante en la memoria. Un ejemplo de ello es lo ocurrido con las torres gemelas, pues dado que fue una tragedia a nivel mundial podemos recordar lo que estábamos haciendo en el preciso instante en que todo pasó, y años después seguir comentándolo en conversaciones con otras personas.
Es frecuente escuchar de cierto tipo de recuerdos perfectos, es decir, aquellos que podemos recrear o describir hasta el mínimo detalle, olores, personas, colores y sonidos, aún si el evento no sucedió recientemente. Pero éstos tienen cierta tendencia a ir cambiando con el tiempo, lo que es buena noticia para quienes sufren de estrés postraumático.
No han sido pocos los estudios que se han hecho acerca del tema, y en varios de ellos se ha visto como para la generación de un nuevo recuerdo debe haber cierto movimiento en la sinapsis o conexión entre las neuronas. Ellas necesitan crear nuevas proteínas para éste efectos, y especialistas aseguran que aún los recuerdos más vividos no permanecen para siempre en nuestra memoria. Ellos van siendo modificados por las experiencias del presente, se ven afectados por ellas, por ejemplo el recuerdo de un paseo muy divertido con alguno de nuestros amigos, cambiará a partir del momento en el que ese amigo murió y modificó las impresiones que teníamos de él y lo asociado con esa persona. Experiencias tanto positivas como negativas se entremezclan y modifican los recuerdos.