Aunque pueda parecer un tema sencillo o que no requiere demasiada planificación, cuidado, porque puedes estar gastando de más, cuando puedes ahorrar dinero si pones un poco de orden en una actividad que se vuelve rutinaria. Lo primero que debes saber es que ir al supermercado varias veces a la semana, ya representa gastos extra, comparado con ir una vez al mes y comprar lo que necesitas para esos 30 días.
Necesitas tener claros los alimentos que vas a comprar, para ello una buena revisión a tu alacena es definitiva. Mira lo que te hace falta y lo que está a punto de acabarse, piensa en algo nuevo que te recomendaron y quisieras probar. Teniendo esto claro y si pudieras escribirlo, vas a evitar comprar alimentos duplicados solo para prevenir, o porque no recuerdas si se ha acabado o no.
Si en tu ciudad existen esos mercados donde venden productos al por mayor o en grandes cantidades, que generalmente son para proveer a almacenes u otros mercados más pequeños, inténtalo, estos lugares te salvarán la vida, o el bolsillo. Pero si estás allí, no compres todo en grandes cantidades, solo cosas que sabes son absolutamente necesarias y que usarás siempre, como papel higiénico, servilleta o crema dental. Las cosas de guardar en refrigerador son más delicadas y no es buena idea comprarlas en grandes cantidades. Lo mismo ocurre con las verduras y frutas que pueden dañarse al poco tiempo. Pero si no encuentras éste tipo de mercados, vas al regular de tu barrio o al que más te guste y eso si, la persona que te acompañe debe ser alguien con conciencia de ahorro, pues hay algunas personas que se emocionan o compran antojados y terminan echando al carrito cosas que nos son verdaderamente necesarias. Otros compran todos los descuentos y rebajas, y eso tampoco es sano para la economía, aún cuando sean precios rebajados. Si puedes aprovechar esos días en que las verdura y frutas tienen un descuento especial, trata de ir ese día específico y ahorrarás un buen dinero.
Prueba marcas, compara precios y prueba una que otra vez en las degustaciones de los pasillos pues a veces encontrarás productos nuevos a buen precio. No vayas a extremos, esto quiere decir que no compres todo lo más caro pensando que es lo mejor, o compres lo más económico porque quieres siempre ahorrar. Puedes ser flexible, mira siempre más de una marca y si puedes comprar por un poco más de dinero del que pensabas algo de muy buena calidad, ya habrá algo que puedes comprar más económico y ahí harás la diferencia. Cuidado con el exceso de snacks, gaseosas y dulces. Compra los que te gusten moderadamente, y si puedes cambiar una gaseosa por un jugo o algo menos dañino, hazlo.
Un último consejo, no vayas a hacer mercado si tienes hambre. Puedes ir temprano luego de desayunar, o volverlo un plan de tarde cuando ya hayas tomado tu almuerzo. Si tienes tantos productos, unos importados, otros con descuentos u otros que te fascinan, los comprarás de inmediato porque parecen muy atractivos, incluso olvidando las cosas importantes y por las que ibas en un principio.