Se imaginan que hace muchos muchos años, los abuelos de nuestros abuelos salieran a comer como lo hacemos nosotros actualmente? Está claro que los tiempos han cambiado mucho, y no decimos que antes era peor y que ahora es mejor, porque sencillamente no es tan fácil. Es innegable que la comida casera, con ese toque especial y casi mágico que no nos explicamos y que le da un sabor especial a las comidas, solo las mamás y las abuelas lo saben. Las preparaciones de los restaurantes son fórmulas aprendidas que no requieren de muchos toques de las abuelas, sino de una maestría de un chef que hace otra clase de maravillas con los alimentos.
Teniendo esto claro, hablando de los hogares y los restaurantes, que pasa con aquellos sitios que no son dirigidos por un chef que estudia, analiza, combina, mezcla y crea platos con ingredientes pensados para una receta específica, sino de un lugar de comidas rápidas que juntan carnes procesadas con un centímetro de lechuga para llamarlo sano?
Mucho que decir, pues resultan muchas veces y para una gran cantidad de personas, adictivos. Y bueno, está bien que de vez en cuando te des permiso de cumplir esos arrebatos de antojos, pero mientras no sea algo semanal o con mayor frecuencia, no te hará tanto daño. Si por las circunstancias en las que vives, por tu trabajo, o porque con tu pareja disfrutan de éste plan algún día del mes, es necesario que no solo pidas al azar lo que ves en el menú, sino que te detengas un momento y escojas con ciertas pautas.
Fíjate en lo que comiste durante la semana para no pedir de los mismo cuando salgas. Aprovecha que estás afuera, y pide algo diferente. Aunque sabemos que todo el mundo tiende a pedir el mismo plato de ese restaurante que les parece delicioso porque ya lo han probado 200 veces y es mejor ir a la fija, a veces tomar riesgos resulta exquisito. Si has comido mucha carne o pollo durante la semana, pide pescado pero no el más raro. Toma riesgos pequeños, con ingredientes que conozcas pero en preparaciones que no te sean tan familiares para que pruebes algo diferente.
Cerciórate de incluir lo que necesita tu organismo. No solo un plato gigante de arroz y algo frito o solo carne y muchas “fries”. Una proteína, algo de verde ensalada y entonces lo que quieras en harinas como algo de papa está bien.
Si no te aguantas las ganas de volver a comer pizza, perfecto! porque no incluir ésta vez algo de tomates extra? prueba otros ingredientes e intenta cambiar alguno habitual o muy grasoso como la tocineta por algún ingrediente de verduras o vegetales. Le dan muy buen sabor y te hará bien.
Si el presupuesto