Hoy estamos a 23 de septiembre, el día en que se celebra el equinoccio de otoño, este es un día en el que el día y la noche tienen la misma duración en la mayor parte del mundo. Este día ha sido significativo para las diferentes culturas desde siempre, no solo desde el punto de vista religioso, como lo es para el paganismo y el judaísmo, sino para todos los demás momentos significativos de la vida diaria que tenían este día como punto de referencia. En las celebraciones del mundo, vemos cómo este día lleva consigo la simbología otorgada por cada comunidad.
Muchas de las tradiciones alrededor del equinoccio de otoño tienen que ver con la luna y las cosechas. En china, este día tradicionalmente se celebra como el fin de la cosecha de arroz y al mismo tiempo se celebra el nacimiento de la luna. En este día las familias se reúnen a comer “pastel de luna” preparado con harina de arroz de la cosecha, y se participa en festivales en honor a la luna y a la cosecha.
Otra cultura que celebraba este equinoccio era la Maya, para ellos se celebraban la cosecha señalada por el descenso simbólico de Kukulcán, la serpiente emplumada, en la pirámide de Chichen Itza.
En Francia, este día representaba el primer día de Vendemiaire, el primer mes del año republicano, el mes de la cosecha de las uvas. El reconocimiento de este día en los países vinícolas es conmemoración del momento en que comienza el proceso de la creación del vino a partir de la cosecha de la uva.
El pueblo yoruba de Nigeria tiene una celebración en octubre para celebrar la cosecha de ñame. Se llevan a cabo danzas en honor a los antepasados y para despedirse de los que podrían haber muerto en el año pasado. En la India, la gente de Kerala tienen un festival de la cosecha se llama Onam. En este tiempo, se entrega comida a los pobres y los hogares se adornan con flores.
En Japón, el equinoccio se celebra con el O-higan, una celebración de seis días que simboliza lo cambiante de la vida en reflejo a los cambios de las estaciones, es una época en la que se reflexiona y se busca la iluminación y se honra a los difuntos, normalmente con ofrendas de comida.
Estas son solo algunas de las múltiples celebraciones que existen en el mundo en este día de balance, pues por mucho tiempo fueron los cielos y los cambios estacionarios los que dictaron el orden de la vida diaria, y era a partir de estos momentos eje del año que se daba un orden a la vida, siempre acompañado de la tradición.