En el centro del Ecuador, este cantón andino reúne todo lo que un turista necesita para pasarlo increíble.
Si hay un paraje bello en el mundo, ese es Baños”, así lo escribió hace más de un siglo el escritor ambateño Juan Montalvo en sus famosos Siete Tratados, y la verdad es que tenía toda la razón. Hace pocos días una turista española, que desde la suite presidencial de la hostería Luna Runtún observaba una panorámica de la ciudad, ratificó ese enunciado: “Este sitio es más lindo que los Alpes”.
Baños de Agua Santa, ubicado a una hora de Ambato, ha recuperado el flujo de 130 mil turistas que visitan la ciudad anualmente, porque sus habitantes han aprendido a sacarle provecho a la situación de riesgo que parecen vivir todavía, por estar ubicados en las faldas mismas del Tungurahua. El volcán se ha constituido en su carta de presentación para atraer a turistas, que de todas partes del mundo llegan atraídos por el clima, por sus espectaculares cascadas y por ese aire mágico que encierra cada rincón de su geografía.
Fundada hace más de 400 años, el balneario de aguas termales tiene a disposición de los turistas 80 ofertas hoteleras que van desde una habitación de super lujo de 190 dólares la noche, hasta aquellas de apenas dos dólares, al alcance del viajero mochilero. Ochenta y nueve bares y discotecas le garantizan al turista la diversión total, porque Baños es un pueblo que no duerme, si no compruébelo usted mismo al visitar su avenida Ambato, donde los negocios están abiertos las 24 horas, porque su gente ha aprendido a despertarse pensando en el turista. Si es cierto el enunciado de que el futuro del Ecuador es el turismo, los baneños ya piensan a futuro.
En feriados todo está lleno, las tarifas se duplican y hasta hay gente que duerme en sleeping bag en el parque central frente a la iglesia, con tal de dar fe de losatractivos de este sitio, cuya temperatura es de 20 grados, con excepción de julio a septiembre que hace un poquito de frío, pero no hay mejor opción cuando uno llega a este cantón, que recorrerlo a pie, como manda el código del buen viajero. Esa es la mejor forma de entender el porqué, a tanto “gringo” le encanta Baños.
¿Cuál es su encanto?
Hay varias razones que justifican el atractivo que genera este lugar. La principal es que Baños constituye la puerta de ingreso a la Amazonia y por ende tiene muchos lugares cercanos que visitar, así usted no disponga de vehículo. Allí, la bicicleta es todo. Según reseña la Cámara de Turismo, capítulo Baños, en 1999 se alquilaron 14 mil. Hoy es casi una industria, donde le proveen de un plano en varios idiomas, para que el turista realice la ruta de las cascadas.
Al salir de Baños en la vía al Puyo, usted se topa con la central hidroeléctrica Agoyán atraviesa los estrechos túneles y sale a una vegetación distinta y exuberante. Con apenas 17 kilómetros recorridos, llegará a la parroquia Río Verde y tendrá ante sus ojos lo más atractivo de Baños: “El Pailón del Diablo”, una cascada de impresionante belleza con caídas de aguas espectaculares, que la convierten en uno de los 10 saltos de agua más importantes del mundo. Los niños hacen de guías y se ofrecen a llevarlo “por lo que sea su voluntad”. Ellos mismos explican que su pailón es famoso, porque allí se filmaron escenas de la película Proof of Life. Para llegar tiene que bajar caminando por espacio de 25 minutos. Si usted está agotado por el recorrido, o el físico no le ayuda para subir de regreso, puede hacerlo en lomo de mula, como le ocurrió al fotógrafo de Vistazo.
Otra parada obligada en esta ruta de las cascadas, es la población de San Pedro, donde el cruce en taravita es de rigor para el turista. Por 0.80 centavos de dólar, usted vive una experiencia única, recorriendo en una cesta de metal sujetada apenas por dos cables, 400 metros de largo sobre el río Pastaza donde puede admirar los Llanganates, el sitio donde dice la leyenda, está escondido el tesoro de Atahualpa.
Baños es sin lugar a dudas el segundo destino turístico del Ecuador después de Galápagos, y quizá el más completo porque allí puede hacer rafting, cabalgata, pesca, péndulo -lanzarse de los puentes- ciclismo, aunque también tiene un pero que debe ser considerado: el libre consumo de estupefacientes hace que algunos turistas se afinquen allí indefinidamente por el escaso control policial. Pero todo es corregible cuando la naturaleza ha sido tan pródiga con este maravilloso rincón de la serranía ecuatoriana.
Poblaciones cercanas
Pelileo es conocida como la ciudad azul por ser la capital de las manufacturas de jean. Las ferias son los sábados y domingos.
Salasaca, a 15 minutos de Baños. Usted puede conocer en su visita, al más importante grupo étnico de la región: la comunidad indígena del mismo nombre, que tiene un gran mercado artesanal donde puede verificar el porqué de su fama de mejores tejedores del país. Un tapiz le cuesta desde siete dólares en adelante, de acuerdo al tamaño.