Aprovechando el impulso que comenzar un año trae, pensemos en cuáles son los cambios que tendremos que hacer para traer a nuestro hogar un poco de prosperidad para el 2014. Enero siempre tiene pegado a sus espaldas una lista de propósitos que hicimos en el Diciembre que pasó, pero llegar al siguiente fin de año con menos de la mitad cumplidos, es más normal de lo que parece. Para que esto no pase de nuevo debemos empezar por el lugar donde vivimos, pues es allí donde recogemos y depositamos toda nuestra energía, sea negativa o positiva y de allí nacen las motivaciones, sueños y planes a futuro, por lo que debe ser nuestro hogar, un lugar en plena armonía y equilibrio.
Lo primero es el orden. Si, puede ser tedioso, aburrido o simplemente no te gustan las tareas de la casa, pero es necesario mantener un orden estético porque se ve directamente relacionado con nuestro propio orden emocional. Echa un vistazo a tu casa apenas te levantas. Que te trasmite el lugar? o también cuando llegas por la noche del trabajo y cruzas la puerta de entrada a tu casa, como te hace sentir lo que ves? Probablemente no es muy grata la sensación y es porque debes darle a cada cosa su lugar. Por ejemplo si tienes cuentas o recibos por pagar acumulados, apenas los ves te genera angustia y estrés porque sabes que debes pagarlos y ya se están apilando. Se más organizado con eso y en el momento que lleguen tus cuentas asigna una fecha para pagarlas, pon recordatorios en tu celular o separa de una vez el dinero para ello. Cuando estén pagas, guarda los comprobantes y no los dejes por ahí pues la acumulación de cuentas por pagar más las que ya cancelaste forma aún más desorden. Cuando descubras que debajo de la montaña de papeles hay una hermosa mesa, decórala, que si el espacio está ocupado con un bello florero no podrás poner más papeles y te forzarás a ordenarlos.
Tener un armario público no es muy agradable. Si por cansancio sueles quitarte el saco y tirarlo en una silla, vas pasando por la sala y dejas los zapatos, la cartera en el pasillo y cuando llegas a la habitación ya no tienes nada más que quitarte y solo dejarte caer en tu cama, piensa de nuevo. Haz el esfuerzo de no desprenderte de tu ropa hasta que llegues al cuarto, pues la sala y comedor son lugares para algo diferente. Esfuérzate por darle a cada espacio la función para la que fué hecha. Nada de libros por todos lados, si hay una biblioteca o estudio, ahí deben estar, a menos que sea el libro que lees cada noche antes de dormir, debe ir en tu mesa de noche. Dale vida a tu sala cambiándo los cojines por unos más alegres, o algún color que esté de moda éste año y eso te invitará a sentarte más ahi, a disfrutar de un lugar cuando tu quieras y no solo cuando tienes invitados. Tu comedor también, no tomes un cereal afanada y de pie en la cocina, intenta sentarte en tu mesa de comedor y disfruta tu desayuno allí. Pon unos manteles alegres o que sean de tu gusto, cuida las cortinas de tu casa para que no sean demasiado oscuras pues entristece el ambiente y solo te provocará dormir o encerrarte.
Ayúdate de las velas que son el objeto de decoración más apetecido porque da mucha vida, elegancia y admitámoslo, es luz y eso siempre será positivo. Combina tus colores favoritos con velas y flores, o también puedes conseguir unas bonitas plantas, por ejemplo unas que necesiten más sol que otras, porque las tendrás que poner cerca a una ventana y te forzará a hacer de ese un lugar iluminado donde recibas el calor del sol, como si fueras tu otra planta. Has un propósito sencillo: conquista y aprovecha cada lugar de tu casa, busca la manera de hacer alguna actividad en cada rincón y que no olvides ciertos espacios o te acostumbres a ir del cuarto al baño o a la cocina y nunca toques el estudio o la sala. Vas a descubrir como te sientes en toda tu casa y te apropiarás de tu espacio.