Las mujeres tenemos cada una un estilo propio y nos encanta tener ropa y accesorios que lo hagan evidente y nos hagan reafirmarlo para nosotras mismas. Sin embargo muchas veces tenemos que salirnos un poco de ese estilo, para lucir un poco distintas cuando acudimos a un evento que así lo requiere. Sobre todo si hablamos de zapatos, un ítem que enloquece a la mayoría de mujeres y por el cual pasan horas mirando si el par que van a comprar realmente las complace.
Aunque en el rincón más oscuro de tu armario se encuentren esos tacones que solo usas para matrimonios, o bien si eres una fanática de los tacones, no te importa repetir colores y cuando compras unos ya estas pensando en los siguientes que quieres obtener, hay algunas cosas que debes saber sobre este especial tipo de zapato femenino.
Empecemos por lo básico. Todo tu cuerpo tiene una forma natural de comportarse y ser que acude a eso, a la naturaleza, por lo tanto cualquier cosa que tienda a deformarlo o a atentar con esa forma y comportamiento natural, definitivamente es perjudicial. Por ejemplo al subirse a unos tacones, altos o incluso los que son un poco bajos, hacen que nuestros tobillos adopten una forma antinatural y por lo tanto los músculos, tendones y huesos de la zona no pueden realizar los movimientos y funciones para los que existen. Se contraen de una manera incorrecta e incluso se pueden atrofiar y causar lesiones peores.
Siendo honestas, las mujeres podemos decir que cuando caminamos usando unos tacones, son pocas las ocasiones en las que lo hacemos con la mayor confianza del mundo, pues es verdad que los pies a veces se tambalean y no nos permiten dar cada paso con firmeza. Debido a que no controlamos al 100% las pisadas, perdemos el equilibrio fácilmente y somos más propensas a las caídas, esguinces o torceduras.
Tu espalda también sufre, pues la postura que tomas al caminar en tacones es incorrecta, y se hace presión en algunas vértebras de tu columna, especialmente en la curvatura inferior. La pelvis se mueve distinto y se esfuerza más para tratar de caminar y mantener el equilibrio, todo esto puede causarte dolor y lesiones de consideración más adelante.
Ni hablar de las deformaciones de tus pies y los dedos, ya que las puntas cerradas de muchos diseños de tacones hacen presión, fomentando la aparición de los llamados juanetes, esas desagradables protuberancias de hueso a un lado del dedo pulgar del pie. El resto de dedos tienden a montarse unos sobre otros y los dolores no se hacen esperar.
Así que piensa muy bien con que frecuencia vas a usar esos bonitos tacones, pues puedes hacerte un daño que probablemente no es inmediato si no que tomará tiempo y te darás cuenta tarde. Siempre hay maneras de solucionar nuestros atuendos sin tener que hacernos daño, y de todas formas lucir bellas, estar cómodas y con un look apropiado.