Pareciera que los pies están en un lugar abandonado de nuestro cuerpo, a la que miramos cuando queremos comprar unos zapatos bonitos. Da la impresión de que por estar en el piso y que nuestra mirada no se dirija en ese sentido nunca, podamos ocultarlos con facilidad. Ponerles medias, zapatos o botas oculta todo lo que ocurra dentro, incluyendo lo más bonito, lo desagradable y lo peligrosamente insano.
Si no le das a tus pies el cuidado que se merece, es posible que desarrolles infecciones o mal olor causados por la sudoración excesiva, el uso indebido de algunos zapatos y sus materiales, el poco tratamiento y atención dada a las uñas en crecimiento constante, el desarrollo de callosidades y complicaciones de cualquiera de estas situaciones.
Para evitar las molestias que no sólo te pueden afectar a ti sino a cualquier persona que este cerca, te damos algunos consejos a continuación.
La higiene es fundamental, así que lo más importante es que cada día, laves muy bien tus pies. No sólo entres a la ducha y de pie lavas tu cuerpo y tu cabello, debes pensar un poco más abajo y concentraré de ahora en adelante un par de minutos más en tus pies. Si es posible que consigas una piedra pómez, úsala para suavizar los talones o donde sea fácil la formación de callos y durezas. También puedes pasar la esponja que uses regularmente entre todos los dedos, para remover las impurezas y la formación de hongos. Cuando lo hayas hecho, asegúrate de lavar con abundante agua para evitar que queden residuos de jabón que puedan causar picazón y más lesiones. Después de haberte bañado, incluidos tus pies, no olvides secarlos perfectamente, pues las humedades escondidas generan hongos rápidamente.
Ten cuidado con la higiene pues no es algo con lo que se pueda jugar. Así es que por nada del mundo uses tus medias o calcetines más de dos veces seguidas. Cámbialos todos los días y trata de conseguir los de material suave, de algodón, nada de materiales que te causen sudoracion.
Obviamente si ya tienes hongos entre los dedos o en alguna zona de los pies, ya tus zapatos andarán con uno que otro también. Así que te recomendamos quitártelos cuando llegues a tu casa, cepillarlos o lavarlos al menos una vez por semana, para evitar complicaciones. Si quieres puedes poner algo de talcos para que absorban la humedad.
Trata tus pies con el mismo amor que tratas todo tu cuerpo. La salud y la estética pueden ir de la mano y no tienes porque dejar alguna de lado.