Muchos ven en la acupuntura sólo uno más de los métodos de sanación alternativa traídos de Oriente que no tienen mucha validez, o al menos no tanta como la medicina tradicional practicada en Occidente. Pero la verdad es que es muy antigua, y su conocimiento se ha transmitido a través de muchas generaciones que han dado a conocer al mundo, una práctica que conjuga mente, cuerpo, espíritu, y lo relaciona directamente con el exterior, el universo y la naturaleza.
Desde China llegó la acupuntura para mostrarnos como esa fuerza vital (chi) que fluye a través de nuestro cuerpo, algunas veces y bajo ciertas circunstancias puede verse alterada, fuera de balance y ésta práctica puede recuperar el equilibrio de la fuerza vital estimulando puntos específicos del cuerpo. Todos los órganos vitales se encuentran alineados, o mejor conectados entre sí mediante una serie de líneas o meridianos que se ubican a lo largo del cuerpo y los puntos a tratar con la acupuntura están sobre esos meridianos. La idea es que cuando padecemos una enfermedad, una dolencia, o algo no está bien con nuestra salud, es que debemos reconocer en qué punto nuestra energía vital está desequilibrada.
Los instrumentos que se utilizan para atacar los puntos son agujas especiales que estimulan las zonas afectadas en la superficie de la piel. Cuando dichos puntos son estimulados, ocurren algunos procesos a nivel bioquímico que alteran o curan el origen de la afección. En occidente se cree que cuando se tocan esas zonas, se produce una reacción en cadena que hace que tanto la pituitaria como el hipotálamo liberen la conocido hormona Endorfina, responsable del alivio de los dolores o analgésico. Esta hormona también es conocida como la hormona de la felicidad pues cuando se libera nos sentimos plenos, llenos de dicha y alivio. Este método de acupuntura es constantemente practicado por personas que por sus trabajos o rutinas, padecen de dolores de cuello, musculares y de espalda. Junto con la endorfina, está la serotonina, encargada de regular los estados de depresión recargándonos con una dosis de ánimo y energía.
Por eso no solo es recomendada para personas que desean aliviar dolores musculares, espasmos, inflamaciones y demás, sino para quienes creen sufrir de depresión pues luego de una sesión de acupuntura no solo alivias tus dolores sino que terminas relajado, renovado y con buena energía para continuar el día. Obviamente siempre el trabajo empieza con uno mismo, mantener una buena alimentación, buenas rutinas que no ataquen nuestro cuerpo y una responsabilidad de convivencia con los demás y comportamiento que mantenga nuestras emociones controladas y sanas.