La @DrEugeniaCheng matemática de la Universidad de Sheffield en Reino Unido, ha desarrollado una fórmula que permite calcular la talla ideal de un trozo de pizza. Para hacerlo, estableció una correlación directa entre la talla de la pizza y la experiencia vivida cuando la comemos. Según la científica, entre más grande es el diámetro de la pizza, más ingredientes son repartidos de manera desigual. Al revés, un diámetro más pequeño permite una mejor repartición, creando una experiencia más intensa y sabrosa.
La doctora Cheng insiste además sobre la necesidad de tener una masa pareja sobre toda la pizza: según ella, ciertas pizzas tienen tendencia a tener bordes muy gruesos y un centro muy delgado. Por consiguiente, el centro de la pizza no soporta el peso del relleno y se vuelve poroso, mientras que el exterior permanece muy seco.
Una cadena de pizzas británica a consultado a la matemática para que ella la ayude a vender mejor su modelo “gigante” que no había tenido mucho éxito. El veredicto de la Dr. Cheng fue preciso: sus estudios muestran que los clientes prefieren una pizza pequeña con una masa fina y crocante, y con los ingredientes perfectamente repartidos.
La Dr. Cheng publica en su sitio web videos que alían la cocina y las matemáticas, para erradicar con humor lo que ella llama “la fobia a las matemáticas”. Tenemos aquí un ejemplo muy interesante para ver con mejor claridad ese maridaje entre las matemáticas y la cocina.
De todas maneras, entre gustos no hay disgustos y sin importar si es grande o pequeña, la pizza seguirá siendo uno de las comidas preferidas del mundo entero, pues vegetarianos, carnívoros, amantes de las frutas, etc, encuentran siempre una opción que calmará sus antojos.